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Título : Asaltos de encapuchados a la U. de A.
Autor : Pérez Berrio, César
Fecha de publicación : 20-oct-1979
Editorial : El Colombiano
Resumen : RESUMEN: Numerosos destrozos en sector administrativo y en ingenierías Rector y Consejo Directivo obligados a salir del Alma Mater Militarizada externamente la Ciudad Universitaria Horas de terror, caos y angustia vivieron en la Universidad de Antioquia durante los 2 últimos días, obligando a las directivas del Alma Mater a declarar receso académico hasta el próximo 5 de noviembre. Grupos de encapuchados expulsaron de la rectoría al doctor Luis Carlos Muñoz Uribe, titular de ese cargo, lo mismo que a la secretaria general de Universidad, Luz Helena Zabala de Acevedo y a los decanos que se disponían a asistir a consejo directivo. Los asaltantes destruyeron puertas, quebraron ventanas, reventaron sillas y trataron nuevamente de incendiar el salón de rectoría y de los consejos Superiores y Directivos. La reacción inmediata de otro grupo de estudiantes que utilizó extintores, impidió que los encapuchados cumplieran su siniestro propósito. Durante unas dos horas el grupo de vándalos estuvo prácticamente posesionado de la Universidad de Antioquia, sin que en el interior del claustro quedaran directivas para proteger la entidad. Valiosos cuadros artísticos que adornaban salones especiales fueron igualmente destruidos o pintados con consignas extremistas. Gran cantidad de tinta roja fue lanzada sobre tapetes y cortinas, mientras que los escritorios eran parcialmente destruidos y manchados con pintura de aerosol. El día jueves no se presentó ningún enfrentamiento con la fuerza pública, pues ni soldados ni policías concurrieron a las instalaciones universitarias pese a la gravedad de los hechos. Esta circunstancia también se ha medido para determinar la presencia de agitadores e infiltrados, que no pueden alegar provocaciones del ejército o la policía para cumplir sus violentas acciones. Ayer las instalaciones de la ciudad universitaria quedaron completamente militarizadas en su parte externa situación que se mantendrá indefinidamente, pues ayer también se hizo un intento de invasión de encapuchados, cuando diez personas con los rostros cubiertos saltaron las altísimas mallas y misteriosamente se camuflaron en el interior de la laberíntica Universidad de Antioquia. LA TARDE DEL TERROR. Unos 3000 estudiantes participaron el jueves en una participación en una Asamblea General que se cumplió en el Teatro Camilo Torres. En punto principal de discusión fue el relacionado con la facultad de ingeniera donde un problema insignificante se ha convertido en grave piedra de escándalo que afecta hoy a toda la universidad. Al terminar la reunión se determinó realizar un mitin en el bloque administrativo situado en el costado nororiental de la ciudad universitaria. Cerca de los dos mil universitarios, de los 23 mil que alberga el Alma Mater participaron en esta movilización. Desde que se inició la misma se notaba un ánimo de beligerancia máxima pues los gritos se escuchaban en distintas dependencias universitarias, donde sus estudiantes al presagiar tormenta, iniciaron una inmensa evacuación. Cuando el mitin llegó al bloque administrativo, quienes marchaban a la cabeza del mismo empezaron a encapucharse, utilizando para ellos buzos, hojas de papel y capuchas confeccionadas previamente, lo que demuestra que la intención de asalto estaba preconcebida de acuerdo con las versiones suministradas a EL COLOMBIANO por varios funcionarios de la Universidad. EMPIEZA EL VANDALISMO. La turba llegó inicialmente a las oficinas de contabilidad. De las oficinas del primero, segundo y tercer piso salían damas histéricas, caballeros presurosos y trabajadores que querían retirarse del epicentro de los acontecimientos. Otras no alcanzaron a huir oportunamente y se encerraron en las mismas. Allí se procedió a la destrucción de puertas y ventanales, mientras los “comandantes” de la operación contra el Alma Mater empezaban a escalar los restantes pisos. Las escenas se repetían en las sedes de Auditoria, Bienestar Universitario y las dependencias de la segunda planta. Sin obstáculos a la vista se ganaron rápidamente los escalones para ocupar la planta principal de dirección universitaria. Violentamente irrumpieron en las instalaciones de la Secretaría General. La doctora Luz Helena Zabala de Acevedo fue el blanco preferido para iniciar los insultos. Otros funcionarios que la acompañaban recibieron el mismo tratamiento. Los presentes no salían del estupor. La puerta de acceso a la Secretaría fue destruida por completo; en el interior aumentaban los puntapiés a puertas y ventanas; parecían ensañados con las sillas de dotación, la actitud de los enmascarados era violentísima. Después de los insultos constantes al personal lo obligaron a abandonar su lugar de trabajo. Nadie sabía claramente para donde tomar. Mientras tanto los extremistas forzaron la puerta de comunicación con la Sala de los Consejos. Allí se lanzaron como toros contra los muebles ubicados en forma de herradura para permitir las discusiones. Quebraron sus vidrios; ensuciaron los tapetes, lanzaron sillas a los cuatro costados, desordenaron los escritorios y procedieron a destruir las obras de arte que adornaban el sector y que tienen un inmenso valor artístico, fuera de que comercialmente astronómicas. Fueron donaciones hechas a la Universidad en distintos periodos. Ante los continuos embates a la puerta rectoral los funcionarios universitarios decidieron afrontar los riesgos y abrir la misma. Frente a frente se encontraron con la turba. Ellos invadieron el salón rectoral. Vino el mismo método puntapiés contra vitrinas y ventanas, destrucción de escritorios, lanzamiento de libros a todos los rincones de la sala. El Rector advirtió a los manifestantes que se quedaría en ese sitio y que defendería los archivos universitarios y el mismo recinto máximo del Alma Mater. Varios decanos se llenaron también de valor y presentaron los mismos puntos de vista. Era como hablar al viento. Nadie escuchaba. Los insultos arrestaban, los ánimos se caldeaban en grado sumo. EL INCENDIO. Sin que mediara más anuncio, uno de los enmascarados procedió a incendiar varias cortinas. El fuego empezaba a alzarse. Aquí se registró la reacción de los manifestantes que desde el primero piso observaban la fiesta vandálica. Una reacción unánime se sintió, entonces pidiendo la inmediata extinción del incendio. Los asaltantes no podían jugar con sus defensores: tuvieron que acatar las órdenes; se libraba de la destrucción, de una nueva destrucción por el fuego, el bloque administrativo de la Universidad de Antioquia había primado en medio del tumulto, algo de razón, por fortuna. A EMPELLONES. Los extremistas se sintieron heridos en su propio orgullo; habían sido desautorizados; ellos querían violencia total. Vino luego otro golpe a los asaltantes, esta vez fue por “defensa personal” de los universitarios que miraban la función. Algunos de los ocupantes del tercer piso quisieron lanzar al primero muebles, escritorios y otros enseres. Nadie quería recibirlo en la cabeza; se armó una nueva protesta y esta ganó. Aumentaba la furia interior de los encapuchados. Se decidieron entonces a sacar al Rector y a todos los directivos que se encontraban en esa zona. Con leves pero seguros empujones iniciaron su cometido. Nada se podía hacer ante la fuerza bruta. Todo el personal que se encontraba en estas dependencias emprendió evacuación. Para hacerlo tuvieron que saltar sobre las sillas, mesas y taburetes con los que fueron bloqueadas las escaleras.. ANTE LA MULTITUD. El Rector, la Secretaria General y los decanos llegaron por fin al primer piso. Allí los recibieron varios centenares de estudiantes que seguían la película. Al grupo directivo se unieron otros funcionarios del Alma Mater que se arrimaban a protegerla a los que llegaban de las zonas de candela. Varios enmascarados trataron de agredir físicamente al doctor Luis Carlos Muñoz. Un nuevo rechazo masivo se presentó en ese momento. Pese a ello un enmascarado lanzó pintura contra el grupo. La recibió el Director del Departamento Administrativo Rafael Arango Toro, quien custodiaba al Rector de la U. Fue necesaria la actitud frentera de otros encapuchados para calmar al más energúmeno. Sabían que el problema podía salirse de sus manos si no utilizaban un mínimo de tacto. EL VIACRUCIS. Ya con los ánimos en pleno se inició la vía dolorosa para los funcionarios. Con gran lentitud y con máximo decoro, respondiendo por su investidura, empezaron a abandonar las instalaciones. Llegaron a la Avenida Ferrocarril; siguieron los empujones y la turba llegó hasta cerca de la Permanencia Norte. Ni un solo agente de la policía se encontraba en los alrededores. Ni un solo soldado hizo acto de presencia. Nadie puede hablar entre los extremistas de provocación. En Carabobo tuvieron algún temor. Ya dejaron con menos presión a los “lanzados” de las instalaciones universitarias. A DISTINTOS SITIOS. El rector se dirigió a las instalaciones del permanente Norte, para denunciar los atropellos que se presentaban. Estuvo con otros decanos. La secretaria General pasó a una de las heladerías cercanas. Empleados que machaban en el bloque tomaron las de Villadiego. Funcionarios de distinta categoría aprovecharon para abordar buses o taxis. La Universidad de Antioquia quedaba oficialmente sin directivas en su interior, dominada por una turba de universitarios que continuaron las destrucciones hasta que ellos mismos se cansaron. Tras regresar al interior de la Ciudad Universitaria se presentaron nuevas arengas, se hizo el reconocimiento de “triunfo” se pintaron nuevos letreros. Al parecer esta acción la hacen suya los integrantes de EPL y del que originalmente se conoce como PLA, pero que en las consignas quedó figurando como PLAR, sin que se sepa a qué obedece este fenómeno.EN INGENIERIA. Después de terminar la labor de destrucción en el bloque administrativo un grupo ya menos numeroso se trasladó a la Facultad de Ingeniería, epicentro de toda la problemática. Allí calcaron lo actuado y destruyeron sillas, laboratorios y lo que encontraban a su paso. Desde el tercer piso lanzaron muebles a la parte exterior. Algunos celadores de la Universidad trataron de poner coto a esta anomalía, se encontraron con unos asaltantes decididos que no admitían rechazos. CONSEJO DIRECTIVO Hacia las diez de la noche del jueves, los integrantes del Consejo Directivo de la U. de A. lograron aglutinarse. Comandados por el rector Muñoz Uribe fueron llegando poco a poco. La secretaria general Luz Helena Zabala de Acevedo, el académico Gabriel Restrepo; Antonio Yepes Parra de Medicina, Fernando Meza Morales de Derecho; José Barrientos de Ciencias y Humanidades; Gabriel Tobón Cambas de Odontología; Aníbal Ruiz de Medicina Veterinaria; Roberto León Ojalvo de Bienestar Universitario; Rafael Arango Toro de la parte administrativa… todos fueron llegando. Todos encontraron la desolación, la destrucción por todos los lados. Improvisando una sala de reuniones iniciaron la evaluación de todo lo acontecido; se sintieron totalmente indefensos para afrontar hechos vandálicos de esta índole; no encontraban garantía suficiente para poder laborar normalmente. Un trabajo de dos años se sentía con rudo golpe. Decidieron inicialmente un cierre de 24 horas mientras se “tapaban huecos” Ayer a las diez empezó una nueva sesión. Ya el análisis fue más profundo se dispuso iniciar una severa investigación decretar vacaciones estudiantiles hasta el 5 de noviembre y mirar mecanismos para que la Universidad se recupere. Es un momento para tener la solidaridad de todos los estamentos antioqueños de estudiantes y de profesores frente a actitudes de esta índole. POR LAS MALLAS. Cuando se estaba en la reunión del consejo se observó que unos diez encapuchados saltaban ágilmente las altas mallas que separan la universidad del exterior. En segundos se perdieron en los laberintos de la misma universidad. Se impartió orden de impedir el acceso de cualquiera persona a las instalaciones. Con grupos especiales se intentó la búsqueda de los enmascarados asaltantes. Todo fue en vano. Sigue el régimen del terror. SOLIDARIDAD. Son muchas las realizaciones de la Universidad en todos los campos académico, científico y cultural afirmaban anoche directivos del Alma Mater. Se trata de construir una universidad al servicio del pueblo colombiano. Pero para combatir la delincuencia y el terrorismo es preciso salir a defender uno de los patrimonios más preciosos de la sociedad, su misma Alma Mater.
CONTEXTO DE LA NOTICIA: Coronel del ejército fue asesinado en El Salvador; Izquierdistas, listos a deponer las armas; Descubren contraespionaje por parte del M-19 en la BIM; Veinte menores heridos al accidentarse bus escolar.
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/8106
ISSN : 0122-0802
Aparece en las colecciones: 1979 - 1988

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