Reflexiones de una mala cabeza

Abstract

Este texto inicia con una breve introducción a modo de dialogo con aquella “bella lectora”, en donde se disculpa de manera anticipada por las reflexiones que va a enunciar esa “mala cabeza”, como se llama a sí mismo. La primera se intitula Fiestas y trata sobre las del 20 de julio. Empieza por enumerar una serie de vicios y tristezas que supone siempre una fiesta, para lo cual propone la prohibición de todos ellas, en especial el lujo y gasto sin conciencia, para poder vivirla con buen humor. La segunda se llama Las casas de cristal. En esta hace a alusión a la libre prensa, a aquellos “misioneros” que, a través de ese medio considerado “democrático”, exponen a todos a la luz pública. De un modo irónico invita, pues, a habitar “casas de cristal” en donde todo se haga público para evidenciar así la problemática en la que están inmersos. La tercera tiene por nombre La gran cuestión. En ella reflexiona acerca de la crinolina, la cual se convirtió en un tema de controversia para el momento, tanto en las reuniones sociales como en las publicaciones periódicas. Termina por afirmar que los temas de moda se refieren a gustos de época, según los cuales deben ser juzgados, y la crinolina se ha convertido para aquella en un “mueble indispensable para el bien parecer”. La cuarta y última reflexión se titula Colejio de Santa Ana. En esta reconoce la “poderosa influencia de la mujer en los procesos de la civilización” (225), en la educación del hogar y en el cultivo de la moral, por eso la importancia de la creación de instituciones educativas dedicadas a la misma. “Edúquense las mujeres i la corrupcion desaparecerá de la haz de la tierra, porque se habrá cegado su fuente” (225). De esta manera alaba la labor de la Mme. Lasalle por la idea de fundar una nueva institución para tal fin, que ojalá -dice el autor- resalte no sólo la ilustración de la misma, sino que se fundamente en la moral cristiana en pro de la felicidad familiar.