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Título : Armando Palacio Valdés
Autor : Ponce Aguilera, Salomón (Autor)
Palabras clave : Publicaciones periódicas;Prensa del siglo XX;Revistas literarias;Ensayo;Crítica literaria
Editorial : Bogotá: Imprenta de La Nación, Calle 15, número 8. Casa editorial J.J. Pérez-Director, F.Ferro.
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Gustavo Adolfo Bedoya Sánchez, profesor Universidad de Antioquia. Proyecto: El crítico de lo cultural en las publicaciones periódicas de 1900 a 1960. Una forma histórica del intelectual colombiano (2013-2016). Estrategia de sostenibilidad para grupos de investigación CODI 2013-2014. Investigador principal: Olga Vallejo Murcia. Institución: Universidad de Antioquia: Facultad de Comunicaciones, Grupo de Investigación Colombia: tradiciones de la palabra.
Resumen : Nota en la que se habla de uno de los escritores españoles más reconocidos en cuanto a la novela contemporánea. El autor del texto declara que la crítica ha tendido a volverse una labor de fanáticos y sectarios cuando se analiza la labor ajena, pero aclara a su vez: “ Lo que no quiere decir, ni con mucho, que el Arte deba desarrollarse en la esfera de una libertad absoluta, ni menos sostener que basta un poco de belleza relativa en la producción artística para que la crítica se vea anonadada ante los defectos que por otra parte sea capaz de señalar.” (144). Así, una obra debe seguir ciertos parámetros para ser realmente buena (dice él que una novela debe tener proporción y armonía), y una obra puede ser buena, pero no siempre lo que el crítico desea que muchas veces demuestra su egoísmo artístico (144). Así pues, decir entonces que Zolá es un ignorante o un inmoral porque muestra en sus obras la realidad de la naturaleza es decir, precisamente, que el realismo de su pintura no tiene sentido, cuando él se basa en el positivismo de Comte, lo que explica que “en el arte(…) entra mucho de reglas y preceptos establecidos; pero también es innegable que algo intuitivo guía casi siempre la inteligencia del artista por caminos ignorados á un fin que suele resultar, después de concluída la obra, de soberanos efectos, de innegable belleza.” (145). Siguiendo con las declaraciones acerca de la crítica, Ponce Aguilera afirma que existe una “crítica canonista” (145) que no sirve como fuente para establecer los parámetros bajos los cuales se crean las novelas contemporáneas y es insistente en cuanto a que el arte de la crítica no puede ni debe estacionarse en parámetros cuando los artistas se surten de ideas, a través de los tiempos, en tan distintos lugares. Salomón invita a los críticos a conocer primero la vida del autor y las circunstancias que hicieron que creara determinada obra, para poder comprender la intuición o como dicen en España la marea del artista términos en cursiva: utilizados por el autor). II Lo anterior, dice el aturo, se toma como una introducción necesaria para hablar del intelectual Palacio Valdés, que es crítico pero es más conocido por su producción novelística. Palacio Valdés ha sabido traspasar los límites que imponen los nuevos movimientos que se aferran a ideas que finalmente tendrán que darle paso a otras nuevas. Cita a Zola quien dice que “una obra es la naturaleza vista á través de un temperamento.” (146). “Palacio Valdés para contestar á las censuras que los envidiosos le han hecho, afirma que el Arte no tiene otros límites que los de la realidad, es decir, ningunos.” (146). En medio de esta lucha contra la censura, Valdés ha mostrado grandes caminos para la novela contemporánea. Menciona el prólogo que el autor en cuestión hace a la obra La Hermana de San Suplicio, donde según Ponce Aguilera, este novelista parece defender a modo de tratado de belleza, ideas que parecen no sólo del modernismo sino también de lo que está por venir. Se inscribe dentro del realismo. Los críticos pueden ver en su obra, cómo reúne con facilidad diversidad de elementos de muchas escuelas, dándole belleza, penetrando en “los dominios ilimitados del arte.” (147). Ha dejado ver en sus escritos, ciertos argumentos de corte psicológico aunque no del mismo calibre que Galdós. Puede catalogársele entonces como un psicólogo en el sentido artístico porque lo que pone en el alma de sus héroes, a los lectores les queda muy claro que es real, no pone en sus almas desequilibrios fisiológicos ni mentales. Ponce se atreve a decir que Palacio Valdés es simbolista, aún en medio de la radicalidad de la afirmación, lo dice por una analogía que hace encontrada en su libro Marta y María y un pasaje del evangelio. “Marta y María es una de las novelas más hermosas y castas que cuenta el arte realista.” (149). Maximina otra obra de Valdés, al parecer muy criticada por los esteticistas, es para Ponce la muestra de otro triunfo del escritor que relata con realismo sincero la historia de mujeres de “almas generosas y buenas.” (149). El mérito de Palacio Valdés, según Ponce, es querer escribir con el exquisito lenguaje de la sencillez y la sensibilidad, mérito mismo que tiene Daudet. “Se ha acusado, y con razón, á algunos novelistas modernos, sobre todo españoles, de escribir muchas páginas de sobra en sus libros.” Ponce no objeta este juicio que le parece certero. Sin embargo, así como muchas obras de Galdós y Pereda tienen páginas de dudosa belleza, en cambio Las Hermanas de San Suplicio es para Ponce una obra completa. Ponce hace el análisis corto de novelas como El Maestrante, Riverita y Espuma, en el que dice que las tres obras tienen deficiencias. Para finalizar este apartado, explica como muchas veces los lectores profanos (149) comprenden mejor las intenciones del autor de una obra, que los críticos porque las mismas no responden a las exigencias de los últimos. III En este tercer apartado habla del “hombre y el amigo”. Palacio Valdés le escribe a Salomón una carta en la que describe más o menos su vida, sus etapas más importantes, algunos datos biográficos, dice el autor en cuestión que la biografía de los modernos viene más desde el interior, no del exterior como la de los antiguos de vidas pintorescas. Le cuenta que su vida está relatada de otras maneras en sus libros. Escribe entonces Ponce, que el fin de este artículo, según él modesto e insignificante, era complacerse a él mismo y darlo a conocer un poco más y demostrarle su admiración aunque tenga, según él, muchos seguidores colombianos.
Descripción : p. 143-155
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/6085
Aparece en las colecciones: SILC

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