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Título : Estancia primera: Sinfonías para máquina de escribir
Autor : Lemos, Darío (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Poesía;Literatura del siglo XX
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Manuel Felipe Álvarez, Filólogo hispanista, Universidad de Antioquia.Proyecto: Memorias y archivos literarios (SILC-Jericó), (2011-2012)Responsable: María Stella Girón López, profesora de literatura, Facultad de Comunicaciones, Grupo de Investigación Colombia: tradiciones de la palabra (CTP), Universidad de Antioquia. Institución: Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión ?BUPPE- Convocatoria 2011, Vicerrectoría de Extensión, Universidad de Antioquia
Resumen : Dieciocho poemas componen esta estancia primera y entre ellos once sinfonías para máquina de escribir, de la uno a la diez, y una más, la número veintidós. Estas once sinfonías están escritas en primera persona del singular, en estilo versolibrista, con isotopías como el hombre, el sol, la noche, la oscuridad, la infancia, por ejemplo, y el símil que, como metáfora explícita, es una de las figuras retóricas más destacadas, una figura que en esta poesía construye imágenes. La sinfonía número cuatro para máquina de escribir lleva previo a los versos que la componen un inciso entre paréntesis con las palabras ""poema perfecto"". La sinfonía número nueve para máquina de escribir lleva un corto epígrafe de Henri Michaux que dice: ""Una mañana de éstas mis pupilas amanecerán llenas de pus"". Finalmente, en esta primera estancia hay una relación intrínseca entre el Yo lírico y Lemos, ese Yo lírico que habla para sí mismo en primera persona, con irreverencia, con nostalgia, con ímpetu, como cuando habla Darío. De los siete poemas restantes, aunque por su estructura no parezca un poema, está Yo soy dariolemos; allí Darío se describe con petulancia y egolatría, manifestando una magnificencia como poeta, así como demostrando su independencia emocional, pues nadie es digno de su compañía, a nadie ama y nada le interesa. Se hace llamar así mismo como ""dariolemos"", una composición entre su nombre y apellido. Hay una metáfora de que cuando llega el invierno se magnifica más; las mujeres se derriten por él y hasta le pagan por besos y miradas, la poesía no lo mantiene sino que vive de él. Todo el texto está escrito en prosa.
Descripción : 21-56
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/5978
Aparece en las colecciones: SILC

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