El impresionismo en Bogotá

Abstract

En este ensayo, si bien Sanín Cano deja claro que no pretende hacer un estudio de las obras exhibidas en Bellas Artes, si hace una descripción clara de cómo funciona la técnica del impresionismo, la cual consiste en no mezclar los colores en la paleta sino en dividir los medios tonos en partículas de los colores primitivos de que se componen, poniendo los colores en la tela unos cerca de otros, de manera que la mezcla se evidencia en la retina del espectador y no en la tela. Sanín Cano pone el ejemplo de una roca que es incolora, pero cuando se pone al microscopio es de colores deslumbrantes, para concluir diciendo que se necesita “pasar por un verdadero aprendizaje” para comprender un cuadro impresionista. El ensayista también compara el arte impresionista con la literatura simbolista, ya que ambas son “arte de mandarines” según él. En el ensayo también se aclara que con el impresionismo la pintura, por primera vez, fue pintura y dejó de estar al servicio de otros sistemas, porque los impresionistas se preocuparon exclusivamente de la armonía del color y de transmitir las sensaciones del paisaje, pues lo que más se le criticó fue que no pintaran las cosas tal como eran y según Sanín Cano el arte no debe ser real sino hermoso. Finalmente, el ensayo deja como pregunta “¿Qué es lo falso?”, para Sanín la técnica impresionista no es definitiva, pueden aparecer otros descubrimientos que den otra forma de ver las cosas, y el hecho de que algo sea falso no quiere decir que no resalte los valores y los dominios de cada individuo tanto en los campos de la materia como del espíritu.