Porvenir del castellano

Abstract

Sanín toma como pretexto un texto de Guillermo R. Calderón, en donde se citan unas palabras escritas por Juan Valera, quien critica a quienes no se sienten a gusto con ser hispanohablantes. Sanín Cano diserta en contra de esta opinión y establece la importancia de la “evolución” en el lenguaje. Este ensayo es una crítica a quienes se creen depositarios del idioma, pues según Sanín Cano, el único depositario del idioma es el pueblo, así, sólo se preserva lo que está “solidificado en formas definitivas”, pues el lenguaje es un elemento vivo y como tal cambiante para acomodarse a las necesidades de expresión que aparecen y cuando una institución con fines de poder se apodera del lenguaje como fue el caso de la iglesia con el latín, el organismo muere. Este ensayista toca el tema del seudónimo al que se hicieron acreedores quienes querían el cambio en el lenguaje: “decadentes”, con el cual no está de acuerdo, ya que por el contrario propende por una adecuación y transformación del lenguaje y no por su muerte. Sanín Cano parafrasea a Gastón París, diciendo: “En suma, no hay lenguas nuevas, hijas del latín sino diversas formas de hablar el idioma latino”. Finalmente, en el texto se hace una reflexión acerca de lo importante de entender que todo cambia lentamente, aunque cuando la historia se mira en conjunto parece que los cambios son contiguos, así mismo la historia no es sólo una, la época pasada está contenida en la presente y así mismo en la presente se está forjando la futura.