La retirada

Abstract

En la novela se presentan acontecimientos desde la llegada del licenciado Víctor María Hugo, como profesor de filosofía de los años 5º y 6º, al Idem Eduardo Aguilar Vélez del Municipio de Yolombó hasta el final de ese año lectivo. En este escenario, conmovido por la reciente masacre de Segovia y otros sucesos de la lucha armada, se narran diversas discusiones que el profesor como formador del pensamiento filosófico desata en sus estudiantes y los planteamientos que sus enseñanzas propician en algunos de ellos, fundamentalmente en los alumnos de 5º año, cuyos nombres podrían corresponder a personajes reales. El objeto de discusión gravita en la naturaleza del pensamiento filosófico, la utilidad de la filosofía, las diferencias entre ciencia y filosofía, las propuestas filosóficas de Kant, Nietzche, Heidegger, Descartes, Hegel, Marx, Lenin, Engels, Mao; sobre Freud y Stekel; el psicoanálisis, la homosexualidad, la heterosexualidad; la desaparición del socialismo y el triunfo de la democracia liberal en Occidente y la recapitulación final en relación con la historia de la filosofía, que culmina con reflexiones sobre la teoría de la relatividad, el tiempo y la Nada. Se focalizan rasgos del profesor que lo acercan a ideas revolucionarias y a hechos que lo marcan como tal, al ofrecerse a los estudiantes para escribir el guión que ellos deberían hacer para el día del idioma. La pieza teatral del profesor representa en un acto, con tres escenas, el drama sobre la paz en Colombia en donde las organizaciones guerrilleras parecen acatar las propuestas del Partido Comunista, que en una supuesta entrega de armas buscan tomarse el poder. También en comportamientos que podrían vincularlo como enlace de la guerrilla y en su misión de conseguir jóvenes adeptos a la insurgencia. Su actitud de revolucionario se desvanece al reconocerse hombre de poca acción, incapaz de matar por no compartir idearios insurgentes y a declararse sin derecho a inducir a otros a ejecutar lo que él mismo no estaba dispuesto a hacer, además de su convicción, propia de su ser filosófico, de que las verdades científicas son efímeras y se pierden con el tiempo.