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Título : Rubén Darío
Autor : Vargas Vila, José María (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Ensayo;Literatura del siglo XX
Editorial : México: Medina Hnos. S. A.
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Marta Quiñónez, estudiante del Pregrado en Letras: Filología Hispánica y del programa de Traducción de la Universidad de AntioquiaProyecto: José María. Con una actualización bibliográfica. Trabajo de grado de pregrado, 2009-2010.Asesora: Olga Vallejo MurciaInstitución: Universidad de Antioquia: Facultad de Comunicaciones, Grupo de investigación Colombia: tradiciones de la palabra.
Resumen : ""Rubén Darío"", era 1894 cuando Vargas conoce al vate, porque Núñez lo había nombrado Cónsul de su dictadura en Buenos Aires y para expresar su gratitud el poeta le dedica unos versos al Herodes colombiano, Vargas Vila desde sus periódicos en Nueva York, atacaba duramente el poeta, no eran amigos, el escritor fustigaba al poeta cortesano y lo despreciaba. En 1896, en un viaje que Vargas realiza por Grecia, el barco en el que viaja tiene un percance al frente de las islas de Sicilia y la noticia del suicidio de Vargas con una amante que viajaba con él, cruzó los continentes; Rubén Darío, conmovido por esa noticia, escribía tristemente estas palabras ""¡amable enemigo mío!, Vargas, conmovido por esas palabras, escribe una carta pública que-según cuentan- hizo llorar al poeta, esa fue la unión de sus almas y sus manos en una comunión espiritual, y fueron amigos a distancia. En el año nuevo de 1900, Rubén Darío, sentía una veneración por esa momia de cera y talco, que era León XIII, al cual atribuía la política seudo-democrática y el liberalismo florentino, del Cardenal Rampolla del Tindaro; Palacio Viso, lo acompañó en sus viajes por Roma, para conocer las catedrales y todos los monumentos históricos de la ciudad eterna; Darío estuvo conmovido ante tanta belleza y lloró. Compartió el bate experiencias diversas con el escritor colombiano que tanto admiraba y respetaba; en una de tantas veladas que compartieron en Roma, le dedico algunos versos, trascribo ""Desconfía de lo que se apropincua al daño/ de ese querer usual, que cariño nos finge/ pues siendo bachiller, lo doctoró el engaño.""; Vargas, siempre agradeció las palabras que el vate le obsequiaba y las guardo siempre en su Diario, dice que las arranco de allí para hacer este libro en torno al silencio que ya se extendía sobre el poeta con su temprana muerte. En este libro queda pues claro, la admiración que siempre túvole autor por el poeta, Darío tuvo una vida más licenciosa, fue amigo de los bares y de borracheras eternas, Vargas, era un hombre solitario, taciturno, entregado a su trabajo y por estas dos vías de vida es, que fueron amigos de lejos, de lejitos.
Descripción : 247 p.
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/5548
Aparece en las colecciones: SILC

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