ARS - VERBA

Abstract

""Ars - Verba"". En el prefacio de esta obra, dice el autor: ""Toda Obra de Arte, tiene como el mar, contornos de misterio; y, un gran clamor se escapa de ella; clamor de Vida; el Tiempo es el jardinero del arte; sus manos de prodigio hacen inmortales las rosas que cultivan; y, este mi libro un ramo de laureles, es; vivos están algunos artistas del Verbo sobre cuyas frentes los incliné en largo gesto ritual."" (Ibíd.., Pág. 9) Este es un libro de los pocos que tiene el autor donde la división está hecha por los temas que trata. Temas de reflexión artística y filosófica. También deja claro en estas páginas el aprecio que tiene por el arte bien hecho, por un arte que solo tiene como interés la necesidad de decir de hombres libres. Esta dividido por: La palabras del Arte; donde hace un elogio a los pensadores, y donde el silencio, es la fuente reveladora, ""he ahí la roca de Sísifo, confiada a los fuertes hombros del Pensador, para subir y bajar con ella sin descanso, entre las agrias cuestas de la Vida"". (Ibíd., Pág. 11) Laurel Clásico: Plantea lo ilimitado del arte, de el deber que tiene todo artista como hijos del misterio y del dolor. ""El corazón del artista, no es el corazón de un hombre; es el corazón del hombre- El corazón de todos, gime en ese corazón, hecho de sinceridades radiosas; el Artista no finge: expresa; su Visión, es vivida; el más absurdo sueño, fue vida en él, lo eterno está en él, su palabra, es un viático misericordioso, que alimenta las almas en su peregrinación hacia lo desconocido."" (Ibíd.., Pág. 25) En este aparte, también habla del alma de los escritores peninsulares, los españoles, con su alma roja y negra, con su desgarramiento negro y rojo, con los dramas de sus artistas, rojos y negro. España que ha sido un ojo mirando siempre en dirección a América, no ha podido insuflar en el alma de los escritores andinos, el alma tormentosa de la historia. Laurel Joven: en este apartado la temática son los críticos, que toda su vida los odió. Escribe también de la contemplación del arte, como un mundo que se vislumbra desde su propio yo y palpita. Habla de los poetas y su creación con lo infinito de las cosas que recrea, ""lo infinito de su creación, se transparenta apenas, bajo los velos del lenguaje."" (Ibíd., Pág.60) Laurel Lírico: que habla de la palabra humana, ese único y verdadero vínculo que ha podido construir el hombre con la divinidad. Dice: La palabra, es algo más que un símbolo para conmover el alma humana; la palabra, debe ser un acto. Acto capaz de fundir. Acto, capaz de fundar. Acto que levante y acto que quebrante; la energía viril, de la palabra humana, va hacía lo porvenir, regando savias en los corazones áridos, deseosas del sol fecundo; no hay Palabra Inútil sobre la Tierra; de ahí, la santidad de la palabra"". (Ibíd., Pág. 76-77) La importancia espiritual que da el escritor en este apartado del libro de lo importante y lo sagrado que tiene que ser la palabra para el hombre; se hace mas vigente y mas real, en este siglo de todos los rencores, en estos tiempos donde los medios son más masivos y los hombres se alejan cada vez más entre sí, se está alegre de poseer algo de fortuna en el decir, se está alegre, porque la vida es un canto y los pájaros están aquí para recordárnoslo. Laurel Trágico: En este aparte comenta la muerte de un escritor, Felipe Trigo, de Tanagras, muerto trágicamente por sus propias manos. Vargas, le dedica estas páginas en honor a su escritura, a su vida, realista en la escritura y a su libertad de decidir sobre su destino de miseria que se avasallaba contra él. Seguidamente reflexiona a cerca del poder de la palabra y de acto de eternidad al que pueden llegar los hombre por ella, ""el hombre pasa, la palabra queda""; sobre los labios cerrados, la Palabra vive; mudo el hombre, la obra principia a hablar para los siglos; toda obra de Arte es un himno de magnificación, a aquel que la creó; los labios de la eternidad, no dejarán nunca de pronunciar su nombre, todo escritor, es un revelador, la palabra, revela el pensamiento; como la luz revela el sol; sin el sol, morirá la tierra. Sin la palabra, ¿qué sería el pensamiento del hombre? La palabra revela el mundo interior y el mundo exterior"" (Ibíd., Pág. 139) Este libro se sierra o se abre a la eternidad como bien lo plantea el autor, la eternidad es algo transitorio en el tiempo de los hombres. Este libro publicado por primera vez en 1913, atestiguan estas palabra antes dichas por el autor, ""los hombres pasan, la palabra queda."" Última Verba: Dedicado al poeta y orador colombiano y su amigo personal, Diógenes Arrieta, quien murió en el destierro con el corazón lleno de ira y de amargura porque aquellos a los que había alumbrado con su luz de antorcha lucida, le había sido fatales; ""Sembró y fracasó; no se siembra en la noche; el huracán arrebató su grano; y, el sembrador vencido, no quiso confesarse su derrota. El autor dedica unas sentidas palabras en el entierro del Maestro Diógenes Arrieta y, es por esas palabras por las que sabemos de la existencia del gran orador, extrañamente invisible, luminoso y maestro como lo llamó Vargas Vila. Verba Magna Es la mirada del autor sobre sí mismo, sobre su vida, habla de sí mismo, de lo que le gusta y de lo que le disgusta. Su relación con el mundo, no tuvo otra vía que la de sus creaciones, que fueron casi un centenar de novelas, ideas filosóficas, Historia y filosofía; todo lo que acontece a los hombres como hombres, como especie, le preocupo. Fue un solitario que se debatió en el circo romano de la existencia, estuvo en él como un gladiador de su tiempo y, venció.