El homenaje nacional al maestro Carrasquilla

Abstract

Homenaje a Carrasquilla con motivo del otorgamiento de la Cruz de Boyacá y del Primer Premio Vergara y Vergara por su reciente novela Hace tiempos. Por tales motivos la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín organiza en su honor su Sección Hora Cultural hebdomadaria. En su intervención Ramírez resalta el espíritu sencillo y afable de Carrasquilla y afirma que la crítica a su obra está por hacerse. Ligeros ensayos dispersos en las páginas de revistas y periódicos acusan la impresión del momento de cada edición desde la disquisición grávida de conceptos del General Pedro Nel Ospina en el prólogo de Frutos de mi tierra hasta el informe de Sanín Cano con motivo del premio reciente. Para Ramírez, Carrasquilla es historiador honrado y veraz, psicólogo que ha profundizado, como pocos pedagogos el alma de los niños. En su exposición plantea que el novelista que reconstruye una época, debe conocer el ambiente con perfecta certidumbre, ser exacto y veraz en las apreciaciones, porque el más ligero error, así sea de costumbres y modas, de vocabulario y geografía local, echa a perder la obra. Se le exige adueñarse de la idiosincrasia, de la psicología, de los conocimientos y de las ideas de un momento histórico; documentarse copiosamente sobre usos y lugares comunes, y colocar luego todos estos materiales en orden, con abstracción de la hora que pasa, es decir, actuar en presente, labor prodigiosa que han alcanzado con éxito las obras Los episodios Nacionales, La gloria de don Ramón y La Marquesa de Yolombó. Esta última, es el más completo estudio sobre ese período de inquietud presagiosa y de gestación a término, de la epopeya libertadora. Al presentar la Marquesa como una criolla que quiso saber, se manifiesta un caso extraño de autodidactismo, cuyos exponentes intelectuales contemporáneos, en distintas esferas fueran Camilo Torres, Antonio Nariño, Francisco José de Caldas, todos contertulios del Marqués de San Jorge. Carrasquilla hila la trama de sus novelas con sencillez de narrador. El colorido histórico y la pintura de almas sorprenden por lo exactos y reales, nada de complicaciones ni nebulosas. Es el fenómeno de la memoria, el prodigio del recuerdo, el máximo don de Carrasquilla.