Carta abierta al doctor Alfonso Castro, autor de Hija espiritual

Abstract

La Carta abierta de la beata Laura Montoya, alguna vez directora del Colegio de la Inmaculada de Medellín, es, en primer término, un lúcido intento de clarificación y posterior defensa de la verdadera naturaleza de una serie de acontecimientos ocurridos en el seno de una prestigiosa familia de Medellín hacia 1905 y que Hija espiritual, novela de Alfonso Castro, logró tergiversar en beneficio de intereses particulares. Fue así como el gran público quiso ver en la historia contada por el doctor Castro, personajes de carne y hueso, representados de manera vil e inverosímil, entre ellos Laura Montoya, a quien se la identificó sin mayores escrúpulos con la imagen de una beata solterona y malintencionada, ansiosa de heredar a sus alumnas, especialmente a la que en el relato sería la hermana de Alfonso Castro, la aversión por el matrimonio y la dedicación servil a la vida religiosa, y de ese modo justificar a través de la mentira de la ficción la verdad de los hechos. Cabe destacar la lucidez de la crítica literaria de Laura Montoya: no sólo escribe su carta en defensa de la verdad, de la reputación de su gremio religioso y de sí misma, también pone de manifiesto la inverosimilitud formal no sólo como mayor defecto interno de la novela sino como gravísima falta moral de un insigne liberal como Castro, al parecer movido por el sectarismo y la intolerancia religiosa. Es así como, argumento por argumento, Montoya Upegui desmiente y reevalúa los prejuicios religiosos y de género explícitos y subyacentes en la novela de Castro, al mismo tiempo que critica la necedad con que algunos asumen o pasan por alto las contradicciones de la función o aplicación social de la literatura: ""Es esta -escribe- la consecuencia indefectible y la intención que conforman obras como la suya, a saber: encarnar colectividades en individuos determinados.""