Muertes violentas: la teatralización del exceso

Abstract

Desde una visión antropológica y sociocrítica, la autora hace un balance contextual de la idea de violencia a partir de las últimas décadas de la historia nacional. En este sentido, las novelas que retratan esta cruda realidad, se convierten en parte fundamental del archivo de una memoria dolorosa. De un modo u otro, dicha ""teatralización narrativa"" contempla el discurso abyecto y desnudo de los actos violentos cometidos en las caras oscuras de la sociedad colombiana. Blair Trujillo parte de tres momentos fundamentales dentro del discurso narrativo y novelesco colombiano. El primero la idea de ejecución y el lugar dramático que ocupan los victimarios sobre sus víctimas; en segundo lugar, la representación de la muerte tanto desde quienes la sufren o atestiguan como el personaje de Jorge Franco en Rosario Tijeras, o desde las entidades gubernamentales que parecen guardar un silencio pasmoso ante dichos actos. En tercer y último momento, la ritualización de un circuito violento que se ha transformado en una postura estética recurrente. Las novelas de Márquez y la pintura de Botero establecen un principio interesante de análisis: la hiperbólica descripción de los escenarios rurales como campos de muertes injustas y anónimas. La obra de Vallejo y de Franco han generado una suerte de sistema de personajes que responden a conductas constantes y casi arquetípicas tanto de la victima que a su vez se convierte en victimario. El recorrido que hace la autora se convierte en una visión novedosa y etnográfica de una narrativa que no puede desprenderse de su lugar y el motivo de producción. Cabría preguntarse si estudios de este tipo, que tienen en la literatura una herramienta segura para demostrar su apuesta, deberían guiar lecturas nuevas de un corpus que ha sido retratado, criticado y estudiado desde diferentes frentes como la literatura de violencia.