Las letras, las ciencias y las bellas artes en Colombia

Abstract

El libro contiene un estudio preliminar sobre el escritor payanés ""Sergio Arboleda"" (1822-1888), ideólogo elocuente del partido conservador, escrito por Marco Fidel Suárez, en alusión a la conmemoración del centenario de un venerado y grandioso escritor que promulgó la abnegación por la patria y la ciencia basada en los principios morales y políticos, afirma Suárez; además, menciona que para Arboleda la civilización de Colombia solo es posible si se adopta a ""la religión como base de la moral y la moral como base de la política"". Esta publicación presenta en dos apartados cuál ha sido el estado de las ciencias, la literatura y el arte en la época y, a su vez, señala las causas de que sin el desarrollo de estas disciplinas no es posible que haya civilización en el país. En la primera parte aborda el estado de promoción y adelanto de las bellas artes: la pintura y la música. Señala que el estado penoso de éstas se debe a la ambigüedad del Estado social, donde los legisladores no conservan el equilibrio con la ordenación judicial y la realidad colombiana; afirma que el actual gobierno promueve una ""revolución volcada que desprestigia las viejas costumbres"". En esta medida, Arboleda dice que es necesario ordenar las leyes a partir de la inspiración religiosa, a su vez, que se debe garantizar la estabilidad económica del país, organizar una rigurosa enseñanza en los colegios para el fomento del gusto y mantener la estabilidad en las instituciones políticas, civiles y religiosas. Al mismo tiempo, el gobierno debe ser ilustrado y dictaminar a la clase pudiente una remuneración para los artísticas. En esta misma sensación de decadencia en la legislación colombiana, Arboleda continúa con el segundo apartado, el cual se ocupa del estado de las ciencias. Atribuye la culpa principalmente a que los gobernantes dicten leyes desconociendo el desarrollo de la misma: ""cuántos géneros hay de ciencia, que base común tienen y que vínculos las ligan"". Justifica que para el avance de ésta debe legislarse con base en la ley de Dios, crear establecimientos que fomente la profesionalización y le garanticen al científico su estabilidad económica y libertad de tiempo, además, que se brinde la seguridad a las industrias y corporaciones que trabajen para este fin.