A la diestra de Dios Padre

Abstract

Basada en el cuento de don Tomás Carrasquilla que lleva el mismo nombre y en una modalidad de representación muy utilizada en el período final de la Colonia llamada mojiganga, A la diestra de Dios Padre del director escénico, maestro y formador de actores Enrique Buenaventura (1925-2003) ha tenido varias versiones: la primera, del año 1958, ganó el Premio del Festival Nacional de Teatro; en 1964 el Fondo de Cultura Económica publicó la Antología del teatro hispanoamericano contemporáneo, en la cual apareció una tercera versión de la adaptación de Buenaventura; se conoce, además, la cuarta versión que aquí reseñamos, incluida en un volumen del Instituto Colombiano de Cultura dedicado al Teatro del maestro caleño; una quinta versión fue cedida por el autor a la Antología del teatro colombiano contemporáneo (1985).

La obra está dividida en diez secuencias o cuadros que llevan títulos indicativos de lo que sucederá en ella: Jesús (el hijo de Dios) y San Pedro bajan a la Tierra para poner a prueba a Peralta, un campesino honrado aunque jugador empedernido, quien se dedica a repartir lo que gana entre los más pobres de su comunidad. Consiste la prueba en dejar ""olvidadas"" unas onzas de oro en la casa de Peralta, que este corre a devolver. Ante esta muestra de honestidad, Jesús, además del dinero, de llenarle la despensa con abundante comida y de hacer algunos otros milagros, premia a Peralta otorgándole cinco gracias que éste elige a su gusto. Con la desaprobación de San Pedro ante tan inusuales peticiones, (Ganar en el juego cada vez que él quiera; que la Muerte le venga de frente; que pueda detener al que él quiera por el tiempo que le parezca; que el Diablo quede imposibilitado de hacerle trampa a él en el juego, y que pueda hacerse diminuto como una hormiga. Aprobadas sus peticiones por Jesús, Peralta entonces se dedica a jugar y ganar para ayudar a todos los pobres de su región. Llegada la hora de su muerte, Peralta hace que ésta se encarame en un aguacatillo y la deja allí hasta que el cielo y el infierno reclamen por su inactividad; debiendo descender de nuevo San Pedro para ordenar las cosas. Una vez liberada, la Muerte arrasa con todo el que encuentra. Haciendo uso de la cuarta ""gracia"", Peralta, se juega las almas de los muertos con el Diablo y gana limpiamente. En medio del alboroto que se suscita, Jesús y San Pedro se ven obligados a regresar para poner orden. En esta versión la resolución varía con respecto a las anteriores. Para finalizar la obra, Peralta hace uso de su última ""gracia"", reduciéndose de tamaño. Y es el abanderado, personaje esencial en la mojiganga el que concluye la historia: ""Y Peralta realizó la última petición. Se achiquitó, se achiquitó, hasta volverse un Peraltica de tres pulgadas y con agilidá de bienaventurao se encaramó a la diestra de Dios Padre y allí quedó para toda la eternidá"".

Si bien en las primeras versiones teatrales del cuento de Carrasquilla la historia de Peralta constituye en principio una reflexión sobre las relaciones del hombre con las grandes fuerzas que rigen el mundo y una crítica de la religión, posteriormente, a través de las diversas versiones de Buenaventura, va a asumir un inconfundible tono de crítica social. Particularmente en esta cuarta versión, el dramaturgo caleño retoma los tópicos del feudalismo y los primeros gérmenes del capitalismo abordados en la obra de Carrasquilla y construye una pieza en la que satiriza problemas del nuevo contexto dentro de un espectáculo teatral popular.