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Título : Naturaleza y dirección de la poesía moderna
Autor : Vargas Osorio, Tomás (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Ensayo;Literatura del siglo XX
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Juan Felipe Ospina Villada, investigador Universidad de Antioquia.Proyecto: 1500 obras de la literatura colombiana en el Sistema de Información de la literatura colombiana -SILC. Investigadora principal: Olga Vallejo M y Gustavo A Bedoya.Institución: CERLALC y Gestión tecnológica de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia, 2009-2010.
Resumen : Tomás Vargas Osorio (Oiba Santander, 1908 -Bucaramanga, 1941) fue poeta narrador y ensayista. La Imprenta Departamental de Santander publicó sus Obras: en 1944 en volumen I y 1946, el volumen II. Colaboró en el diario El Tiempo, y dirigió La vanguardia Liberal de Bucaramanga. ""Naturaleza y dirección de la poesía moderna"", pertenece al libro Huellas de Barro y es una apreciación más poética que crítica sobre la poesía misma. La poesía ""moderna"" no en el sentido estilístico sino en la actualidad temporal del poeta, el poema y el universo poético que resulta. Es así que señala la vuelta al neoclasicismo, las resonancias de los clásicos que hay en los poetas contemporáneos como Eduardo Carranza o en ilustres de la lengua española como García Lorca, Gerardo Diego y Altoaguirre en cuya obra palpita un Góngora, Garcilaso o Calderón. Lo clásico entendido aquí no como un canon formal de la empresa estética, un mero esquema o código en que se apoyarían los juicios de críticos ""doctrinarios y doctrineros"", para reducir este comportamiento de la poesía al absurdo. Por el contrario, lo clásico lo entiende Vargas Osorio como una eternidad dinámica en la historia, que se intercambia y se actualiza en experiencias. Tal es lo que sucede cuando plantea que la dirección de la poesía moderna consiste en regresar a la fábula, al mito. Una vuelta al primitivismo del hombre de las cavernas, a la antigua percepción de antes de la civilización racional según la cual el poeta era también un profeta y un sacerdote, un mago en cuya voz y presencia se cifraba y descifraba el destino de los pueblos. Esa dirección de la poesía, que Osorio identifica en la poesía de Eduardo Carranza y Mallarmé, está unida a la naturaleza de la poesía misma. Esto es, el de expresar a través de imágenes y símbolos el misterio de sí mismo y del universo que lo rodea. La búsqueda de significado fuera de las cosas, en su poder invisible y abstracto. O sea, la manifestación dada por unos pocos, aunque con la lengua de todos, del misterio, del enigma con el que se relaciona y que el mundo le proyecta. Es la creación de un encanto y misterio con la palabra que no todos perciben porque no todos comprenden el mundo de un modo ""anti-civilizado"". Problema que, Vargas Osorio, desarrolla contrastándolo con la hegemonía que tomó el lenguaje de los saberes especializados. La ciencia y las ingenierías. Esas expresiones humanas dadas en clasificar el mundo, en fragmentarlo en cálculos que se ajusten a su dominio. El predominio de la técnica en la vida que hace que la poesía se regrese a sí misma y se fugue de un mundo reducido a la utilidad y la división. El poeta, pues, haciendo de su ejercicio poético, tejer símbolos y sembrar imágenes, una función humana en cuanto que responde a la irremediable necesidad humana de misterio. El poeta resistiéndose con palabras, a veces ""anti-populares"" y ""anti-civilizadas"", a perder la divina unidad de los primitivos
metadata.dc.relation: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/ensayo/tomas.htm
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/4186
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