Las delicias del tiempo perdido

Abstract

Las delicias del tiempo perdido es una especie de apología del ocio como venero de creación, la ardua ""actividad"" de no hacer nada en un continente como Latinoamérica al que, por una fatalidad histórica, se le ha condenado a tomar un sentido que no le pertenecía, al que se le impuso la perversa, la colonizadora idea del progreso. Aunque de estas imposiciones absurdas se ha liberado con la ficción, la literatura expresada en obras como El Aleph, Pedro Páramo, Rayuela, Cien años de Soledad, Paradiso, Los ríos profundos, etc. donde se ha consignado toda la historia del continente, las complejidades del mestizaje, la perspectivas de nuestro destino y la compresión de las violaciones pasadas. El nacimiento de este tipo de literatura Cobo Borda la ubica en el tiempo perdido en que se desenvuelven las conversaciones, risas, humor y opiniones, espontaneidad presentes en los cafés bogotanos entre tinto y cigarrillo. Esto en comparación con la distribución programática y sistemática del tiempo en los alemanes, si rigidez formal, esto es el control obsesivo del tiempo considerado como inversión que pretende restarle a la vida su elemento de azar y caos, cubre la vida de una faz de seriedad y moral. Mientras que en Latinoamérica hay más discontinuidad e inmediatez. En Alemania, sin embargo, estos espacios de ocio se presentan en la taberna de Munich o en la Konditorei. El ocio, entonces, como espacio de fabulación y escenario donde brota la creación, presente en la taberna o el café, Cobo Borda lo sitúa como una de las condiciones para que surja la civilización en tanto ruptura de verdades fijas, y descubrimientos de nuevos horizontes de la sensibilidad y el pensamiento condensado en poemas, novelas, cuentos que se cultivan, lejos de las acciones cotidianas y del imperio de las máquinas y su desastroso alcance en el terreno de las relaciones humanas concretas. El ritmo de los cafés, de la cotidianeidad de la conversación es el ritmo de la historia de Latinoamérica, en el café como en la historia concurren los más diversas voces, con su vestimenta especial sobre su alma solitaria que se aventura a la comprensión de sí, mediante el ejercicio literario que incluye el intercambio oral desinteresado, excesivo, improvisto. Conductas y creaciones, al fin, que Cobo Borda percibe positivas en el sentido en que son transformaciones de lo dado por los colonizadores: el género novelístico; así como búsquedas de supervivencia y creación propias. Juan Gustavo Cobo Borda (Bogotá, 1948). Poeta, periodista, ensayista, diplomático y crítico literario. Fundó y dirigió la revista Eco y la Gaceta Algunas de sus obras son: Consejos para sobrevivir; Salón de té, Casa de citas, Roncando al sol como una foca en los Galápagos, Todos los poetas son santos y Almanaque de versos. Dibujos hechos al azar de lugares que cruzaron mis ojos, Poemas orientales y bogotanos, El animal que duerme en cada uno. La tradición de la pobreza, Leyendo América Latina, La narrativa colombiana después de García Márquez; Antología de la poesía hispanoamericana, La alegría de leer.