El día del odio

Abstract

Novela con un alto contenido de denuncia social y compromiso con la clase desvalida que es oprimida por la injusticia del estado y víctima de una humillación permanente que la conduce hasta el odio. En esta novela, desde el estudio sociológico y desde el marco histórico, se presenta un panorama perverso, con personajes y situaciones mezquinas que desembocan en el infierno vivido en Bogotá el 9 de abril de 1948 tras la muerte del líder político Jorge Eliécer Gaitán. Aquí tiene protagonismo Transito, una joven campesina que es llevada a la ciudad por su madre para que trabaje como empleada doméstica, termina por ser ofrecida en la plaza pública y contratada por la señora Alicia para trabajar en su casa sin obtener sueldo alguno. Tiempo después la familia cae en la ruina y debe abandonar su casa para trasladarse a un inquilinato, allí se duplica el trabajo y la humillación de Transito hasta que un día la acusan injustamente de robo y la echan a la calle. Fuera de la casa y ante una ciudad tan grande pronto es víctima de abuso sexual por parte de un agente de policía y llevada al calabozo tildada de prostituta y recibiendo malos tratos por parte de todos. Transito vive en ranchos y casuchas miserables hasta que conoce a Alacrán, un joven delincuente que vivió y creció en las calles sin haber obtenido el más mínimo gesto de carió y sin haber conocido a sus padres, albergando un odio y un resentimiento temibles. La joven decide vivir con él albergando la esperanza de reunir un dinero para regresar al campo; aunque Alacrán la cuida y la protege, también le propina severas golpizas. Al estallar los disturbios el 9 de abril, ambos jóvenes, acosados por el hambre de varios días, salen y se mezclan con la multitud de saqueadores y asesinos, quienes aúllan, se golpean e insultan. Transito es herida en el pecho por una bala perdida y cae tendida en el pavimento. Aquí termina la narración. El día del odio es una novela en donde es evidente el compromiso social del autor y su propósito de denuncia ante los atropellos de un orden social viciado. Sus personajes carecen de dimensión psicológica y actúan como marionetas al servicio del autor para representar los elementos ideológicos y de protesta presentes en ésta. Según Pineda Botero (2001) ""Tránsito es, pues, una metáfora del dolor humano, una alegoría de la clase baja humillada"" que no alcanza a consumar su venganza pues ""muere antes de acercarse siquiera a quien considera el origen de todos sus males: la señora Alicia, quien la echo a la calle."" (117).