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Título : La muerte del estratega
Autor : Mutis, Álvaro (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Cuento;Literatura del siglo XX
Editorial : : s.e
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Juan Felipe Ospina Villada, investigador Universidad de Antioquia.Proyecto: 1500 obras de la literatura colombiana en el Sistema de Información de la literatura colombiana -SILC. Investigadora principal: Olga Vallejo M y Gustavo A Bedoya.Institución: CERLALC y Gestión tecnológica de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia, 2009-2010.
Resumen : Alar el Ilirio fue uno de esos curiosos hombres a los que ni la riqueza, ni ninguna especie de poder le atrajeron en vida. Toda ella giró en torno a sus convicciones más sinceras, lo cual, combinado con un carácter inteligente y agradable, le valió las simpatías tanto de sus súbditos como de sus superiores en la corte. Ayudado por su hermano Andrónico, logró Alar ascender en su carrera, no sin haber pasado confinamientos en parajes inhóspitos, lindantes con territorios bárbaros, hasta llegar al puesto de Estratega, el más alto cargo militar del Imperio Romano al cual se podía aspirar. Para aquella época, grandes agitaciones habian reconfigurado el Imperio. La Emperatriz Inés, luego de la muerte de su esposo, había subido al trono y se había proclamado le ungida del Cristo. En su mandato hubo de radicalizarse la creencia en la fe cristiana, lo cual significó un baño profuso de sangre. Los herejes eran descuartizados por caballos o los eran arrancados los ojos con hierros al rojo. Alar el Ilirio, que para ese entonces ya había comprendido la tragedia irrefrenable de la humanidad, sometida equivocadamente al sufrimiento de la cruz y extraviada de los altos valores griegos, se guiaba por un fatalismo lúcido. Vivía sin el lujo ni el derroche de los demás Estrategas del Imperio. Su carrera dejó da aparecer en las luminarias públicas. Se proveía sólo de lo necesario y trabajaba igual que cualquier soldado de sus tropas. Todo estaba perdido ya, pero más valía hacer algo que no hacer nada en la lucha por defender de los bárbaros los últimos bastiones civilizados. Cumplía su misión con disciplina. Cierto día fue encomendado para tratar un asunto a través del cual conoció a Ana la Cretense, mujer que le hubo de devolver la alegría de estar vivo. Pero la familia de Ana se empeñó en que los enamorados no estuvieran juntos e hicieron todo lo necesario para que la Emperatriz los separara. Alejado de Ana, Alar perdió toda gana por la vida. Sin embargo, nadie notó una sola queja proveniente de su boca. Organizó una campaña para neutralizar a los musulmanes que preparaban un ataque, campaña de la cual no había forma de regresar. Fue en aquella gesta que perdió su vida, junto con tantos mártires cristianos. Antes de morir, ya en el último trance, trató el Ilirio de encontrar la razón por la cual su paso había valido la pena, y en su interior se irguió la presencia de la Cretense. La muerte lo encontró inundado de felicidad. Álvaro Mutis nació el 23 de agosto de 1923. Es poeta y novelista. Según él mismo, su actitud ante el mundo es la de un desesperanzado. La de uno que vive en un mundo inferior a la medida de los sueños. Entre sus obras se cuentan Los emisarios, Ilona llega con la lluvia, La Nieve del Almirante, Un bel morir y El diario de Lecumberri. Su vida, signada por los viajes, ha tomado forma en sus novelas de aventuras.
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/3957
Aparece en las colecciones: SILC

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