Biografía de Elisa Mújica

Abstract

Nace en Bucaramanga, Santander, el 21 de enero de 1918. Cuando apenas tenía ocho años se trasladó con su familia a Bogotá, lugar en el cual debió ayudar a los suyos desde muy joven. Trabajó en el Ministerio de Comunicaciones y fue secretaria privada de Carlos Lleras Restrepo entre 1936 y 1943. De 1943 a 1945 se desempeñó como secretaria de la Embajada de Colombia en Quito.

Sobre su vocación por la literatura se dice que escribía novelas desde los once años. Más tarde, en los tiempos de su trabajo en las oficinas, puede decirse que desarrolló su carrera literaria. En 1947 aparece en El Liberal su primer cuento titulado Tarde de visita. En el suplemento ""Lecturas dominicales"" de El Tiempo, Mújica publicó durante casi treinta años una serie de artículos y comentarios sobre libros, temas culturales y literarios. De éstos se recuerda especialmente su serie de entrevistas ""Las esposas de los escritores"" o las notas de su viaje a Italia que se publicaron por entregas en el ""Suplemento dominical"" de El Espectador en 1952. Esta labor periodística le permitió conocer a importantes figuras sobrevivientes de la Generación del 98 en España.

Su primera novela, Los dos tiempos, apareció en 1949 durante su estadía en Quito. Más adelante, mientras residía en Madrid, se publica su primera colección de cuentos titulada Ángela y el diablo (1953) a la que le sigue Catalina, su segunda novela publicada hacia 1957. Por esos años, además, preparó la edición de Aguilar del texto de José María Cordovez Moure que se conoce como Reminiscencias de Santa Fe y Bogotá. También contribuyó como redactora de la obra Orfebrería prehispánica de Colombia sobre el museo del oro.

De 1962 a 1967 fue directora de la Biblioteca de la Caja Agraria. Su segunda colección de cuentos, Árbol de ruedas, data de 1972, a la que le siguen la publicación de su segunda novela llamada Bogotá de las nubes (1984) y otro volumen de cuentos que lleva por título Tienda de imágenes (1987). Además ha producido ensayo (como el inspirado en Santa Teresa de Jesús, titulado La aventura demorada) y literatura para niños (La expedición botánica contada a los niños; Pequeño bestiario; Cuentos para niños de la Candelaria). También hemos de recordar la calidad del trabajo que hizo en el prólogo y las notas para Novelas y cuadros de costumbres de Eugenio Díaz Castro.

De ella dice Monserrat Ordóñez (1987): ""Elisa Mújica es consciente de que su obra de ficción está prácticamente inédita, porque no ha tenido lectores, ni siquiera sus colegas de la Academia. Reconoce sin amargura que no tener eco y escribir cosas que se pierden es doloroso y por eso prefiere ahora dedicarse al ensayo y a la literatura infantil, un género que la ha hecho conocer entre los niños y le ha traído toda suerte de gratificaciones, aunque sigue trabajando cuentos y otra novela. Con su sentido de autocrítica, cuando habla de su obra observa apenas: ""He hecho lo que he podido"". Muchos creemos que ha hecho mucho más de lo que su momento y su medio le permitieron. Si gran parte de su obra está por leer, lo que conocemos y lo que más se ha divulgado en el país le ha enseñado a toda una generación una serie de significativos valores: amor a la literatura, responsabilidad, trabajo, dedicación y la práctica de un lenguaje claro, limpio, de estructuras controladas e imágenes poéticas, donde lo más complejo e investigado parece simple y diáfano. Elisa Mújica en Colombia ha sido un modelo del arte de escribir bien"".