Los escapados

Abstract

Nació en Bogotá en 1958. Es periodista, cuentista y novelista, y tiene una reconocida trayectoria literaria. Su creación incursiona tanto en la literatura para adultos como en la literatura para jóvenes y niños. Su obra para jóvenes y niños ha merecido varios reconocimientos nacionales e internacionales, como el premio iberoamericano del libro de cuentos Netzahualcóyotl, el premio nacional Fundalectura, el premio nacional Colcultura, el premio Norma-Fundalectura, el premio Enka, el premio Comfamiliar y la beca Ernesto Sábato para jóvenes escritores colombianos.

Algunas de sus obras más conocidas son El incendiado (1988), Cuentos para mirar un perro y otros cuentos (1989), Pelea en el parque (1991), El aprendiz de mago (1992), El capitán de tres cabezas (1995), Cuchilla (2000), El hombre que quería escribir una carta (2002) y Teresita cantaba (2002). Su obra ha sido traducida al italiano, sueco, danés, finlandés, noruego y alemán.

Tres amigos saben que están a punto de perder el año y son conscientes, también, de que los que repiten el año se convierten en parias para su familia y para sus compañeros. Ante la inminencia del fracaso, deciden que tienen que huir de sus casas y buscar una nueva vida en donde nadie los conozca, sin saber que otra suerte lo espera a la vuelta de la esquina. Esta extraordinaria novela obtuvo el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura de Colombia en la categoría de cuento para público infantil en el año 2006. Esta fabulosa novela está dirigida a lectores adolescentes. En un tono emotivo y descomplicado, el autor les habla a los jóvenes acerca de la osadía, los temores y los distintos sentimientos que experimentan a su edad. En este sentido, esta novela es ideal para reforzar el gusto por la lectura. Los escapados es una brillante narración marcada por el ritmo de la emoción, la ansiedad y lo secreto. Su lectura es indispensable para comprender la ambigüedad de una edad en la cual se comienzan a tomar decisiones propias, se sueña con escenarios distantes y perfectos, pero en la que al mismo tiempo se reconoce el fracaso y la impotencia para controlar el mundo.