Imagen responsive

Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/2763
Título : Biografía de Luis Tejada Cano
Palabras clave : Biografías;Autores de Antioquia;Literaturas de Antioquia;Literatura del siglo XX
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Diego Leandro Garzón Agudelo, estudiante de estudiante de la Licenciatura en Humanidades - Lengua castellana en formación investigativa.Proyecto: Los géneros literarios: catalizadores de la dinámica interna literaria (2008-2009)Investigadores principales: Edwin Carvajal Córdoba, Gustavo Bedoya SánchezInstitución: Universidad de Antioquia: Facultad de Comunicaciones, Grupo de investigación Colombia: tradiciones de la palabra.
Resumen : Uno de los más destacados cronistas en la historia del periodismo colombiano. Luis Tejada nació en Barbosa (Antioquia) en 1889 y murió en Girardot (Cundinamarca) en 1924. A pesar de su corta vida, Tejada escribió activamente en periódicos y revistas como El Espectador, El Universal, El Tiempo, La nación, El sol, Buen Humor, Cromos, sobre diversos temas y sucesos del país y el exterior. Desde el inicio de su carrera en 1917, fue valorado por el público lector. Considerado el ""Pequeño filósofo de lo cotidiano"", a Tejada se le reconoce haber sido precursor de un estilo sustentado en la crítica meditada, la originalidad del punto de vista y la referencia a una época importantísima en la historia del país: el cambio de siglo y la llegada de la modernidad, temas que fueron abordados por el cronista en buena parte de sus textos de manera aguda. Gracias a esa cualidad de las producciones de este joven escritor se le ha dado el lugar de crítico de la cultura, en el gran sentido que tiene la expresión. Por su pensamiento de avanzada se le considera uno de los principales promotores de las ideas de vanguardia en Colombia. Además fue amigo de personalidades como Luis Vidales Osorio Lizarazo y conversaba con el entonces joven abogado Jorge Eliécer Gaitán. A esto debe agregarse la proximidad del autor con la cultura política del radicalismo que le facilitó su evolución hacia la consolidación como escritor político y militante pro socialista, según Loaiza Cano (2008): ""Se trata, pues, de un escritor de origen liberal que vivió intensamente un proceso de adhesión a la novedad del credo comunista, con dificultades e incoherencias"". Hasta hoy se han hecho cuatro compilaciones de sus crónicas: Libro de crónicas (1924), publicado por el autor antes de morir; Gotas de tinta (1977); Mesa de redacción (1989), y la Nueva antología de Luis Tejada (2008) que estuvo a cargo de uno de los investigadores que más se ha dedicado al estudio de este cronista, Gilberto Loaiza Cano. Esta compilación incluye un importante número de crónicas del autor que no habían sido consideradas en antologías anteriores y que datan de la primera temporada de Tejada en El Espectador de Bogotá, entre 1917 y 1918. Para Gilberto Loaiza Cano, ""Tejada no se ocupó de, simplemente, ""inflar"" la noticia. Él fue, como lo dijo en una feliz autodenominación, un pequeño filósofo de lo cotidiano. Él se concentró en esos pequeños detalles porque encontró en ellos los indicios de transformaciones muy significativas (...). En todo caso estas crónicas fueron fruto de un método que el mismo Tejada bautizó como vagabundeo filosófico por la ciudad y que consistía en salir a caminar desprovisto de itinerario para conocer las vidas anónimas de las gentes, los imperceptibles cambios de las costumbres, la belleza y a la vez la tragedia de las novedades tecnológicas. Así, Tejada se aproximó a una incipiente y bella sociología urbana"" (Loaiza Cano, 2008: XX). Dice Jhon Jairo Galán: A pesar de su muerte prematura a los 26 años, Tejada fue el principal promotor de las ideas de vanguardia en Colombia, dada la notoriedad que alcanzó como uno de los periodistas más leídos de la época. En sus apreciaciones sobre lo rural y lo urbano es donde primero se advierte en Tejada una percepción moderna de la realidad, distinta a la visión señorial y provinciana de un Tomás Rueda Vargas o un Clímaco Soto Borda. Para el cronista, la vida pueblerina es monótona, hermética a toda idea amplia y nueva, entregada a la autoridad obtusa y omnipotente de un alcalde y a la de un santo cura de almas; la ciudad, en cambio, con su ruido urbano de transeúntes y de automóviles, de voceadores de periódicos y de impertinentes relojes públicos, es el epicentro de la vida de la variedad y el movimiento, que llena de alma y de belleza las cosas. En una ciudad donde la gente identificaba los pocos carros existentes según el sonido de sus bocinas, la sensibilidad futurista de Tejada encontraba en la luz artificial cierto poder mágico que aprestigia las cosas y celebraba la poesía de las cosas de acero y de hierro. Al ocuparse en sus crónicas de todo ese aparato ruidoso y estupendo que caracterizaba la vida moderna, Tejada llevaba a cabo una tarea que el resto de los escritores se resistía a cumplir: integrar la nueva realidad al horizonte simbólico de la cultura. Y no lo hacía simplemente desde la exaltación ingenua de la máquina y el progreso; también advertía, con una penetrante visión del porvenir, la soledad y la angustia que tendría que afrontar el hombre acorralado, emparedado, momificado en las redes y controles de la vida civilizada.
metadata.dc.relation: http://www.cafeinternetsd.galeon.com/productos768980.html
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti5/bol33/luist1.htm
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti5/bol33/luist2.htm
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/2763
Aparece en las colecciones: SILC

Ficheros en este ítem:
No hay ficheros asociados a este ítem.


Los ítems de DSpace están protegidos por copyright, con todos los derechos reservados, a menos que se indique lo contrario.