Crónicas del país de las verduras

Abstract

María Eugenia de Hart nació en Bogotá el 12 de Octubre de 1944. Estudió en el Colegio Nueva Granada y en el Gimnasio Femenino. Adelantó estudios universitarios en Estados Unidos, en Goddard Collage, y obtuvo el título de Máster en psicoterapia de familia. Publicó el libro ""Despejando la niebla"", en 2004.

Las crónicas del país de las verduras, cuentos infantiles con personajes tanto humanos como del reino animal, nacieron de pequeñas narraciones y canciones que la autora inventaba para sus sobrinos. Desde entonces, nos cuenta la autora, los cuentos actuales se fueron gestando poco a poco, y fueron objeto de diferentes propuestas para la imprenta o la televisión; propuestas que la autora rechazó valientemente cuando se enteró de que tendría que ceder el derecho a cambiar los nombres de sus personajes. Así, pues, los cuentos que integran este volumen nacieron por y para niños.

Estas narraciones, entre la fábula y el cuento infantil, contienen personajes sencillos que encarnan la bondad, las buenas intenciones, la inocencia en estados casi puros; a su lado, los antagonistas -la bruja Amargada y el diabólico doctor Yosé Taraf- son personajes malvados por naturaleza, que gozan haciendo el mal y quieren convertir al mundo en un lugar inmerso en el terror y la injusticia. Al final, siempre asistimos a un triunfo más del bien y del orden frente a la iniquidad y la malevolencia.

Un narrador omnisciente relata con lenguaje sencillo y de manera lineal una historia de argumento simple y con personajes sin gran profundidad sicológica. Esto, sin embargo, no es necesariamente una debilidad estilística, sino más bien una decisión deliberada en cuanto a lo que se quiere conseguir con la narración: una historia entretenida que exalta los valores de la bondad y la inocencia y otros por el estilo, con lo que se inserta en la corriente moral usual de los cuentos infantiles. Por otro lado, surgen unos personajes que viven entre la realidad y la fantasía -no es extraño que si se necesita algo Carlos Calabaza saque cualquier invento mágico-, y que son al mismo tiempo modelos de inocencia. Diríamos que son caricaturas, puesto que es en gran media cierto, pero es también lo deseado: establecer personajes paradigmáticos que sobresalgan por su bondad, poder y belleza.