El espejo ustorio

Abstract

Óscar Abella nació en Bogotá en 1947. Realizó estudios de Derecho en la Universidad Autónoma de Bogotá. Ha publicado los siguientes libros de cuentos: ""Las pecas"" (1983), ""El amor y la tierra"" (1993), y ""La fortuna y otros cuentos"" (2006). Ha recibido las siguientes distinciones: finalista en los concursos de novela Plaza y Janés en 1991 y 1992, y Mención de Honor en el Concurso de Novela Aniversario Ciudad de Pereira en 1992.

En el año 2006 esta novela fue la ganadora del Concurso ""Aniversario Ciudad de Pereira"", certamen auspiciado por el Instituto Municipal de Cultura y Fomento al Turismo de Pereira. El jurado del evento estuvo integrado por Cecilia Caicedo de Cajigas, Octavio Escobar Giraldo y Rigoberto Gil Montoya.

El espejo ustorio puede inscribirse dentro de los lineamientos de la novela histórica, ya que su interés es rectificar ciertos hechos políticos que, en Latinoamérica, suelen reprimirse u olvidarse. Sin embargo, la obra no se inscribe en un momento cronológico único, ya que el problema de los gobiernos represores es seguido desde la época de la Colonia hasta mediados del siglo pasado.

La novela se compone, polifónicamente, desde tres planos narrativos: la celebración de una junta de seis presidentes de la región en Paraíso (ciudad presentada como síntesis del continente americano), donde se firmará la Declaración de la Paz y el Desarrollo Multinacional; las narraciones de las torturas a las que han sido sometidos diversos personajes (históricos y ficticios) por parte de ciertos regímenes en América; el relato de chancho, un oficinista que, dada su ingenuidad, no se ha adherido ni al sindicato ni a los jefes. Estos tres planos narrativos se mantienen yuxtapuestos hasta el capítulo final de la novela, donde se reflejan y convergen. El plano narrativo de la junta presidencial es narrado desde la tercera persona, con un claro tono irónico y procedimientos del esperpento, logrando caricaturizar a los jefes de gobierno que engañan a la población entusiasta.

El plano narrativo de las torturas retoma las vivencias de Túpac Amaru, José Martí, un par de sindicalistas (de Guatemala y Paraíso), y un profesor chileno de ideas socialistas en la época de Pinochet. En este plano el autor hace uso del diálogo, la primera persona, y la tercera persona, siempre con la intención de mostrar los desmanes de las autoridades frente a la resistencia.

El plano narrativo cuyo protagonista es chancho se narra siempre en primera persona, y a través de esta voz directa, se deja en claro la situación de incomprensión social y política en la que viven las personas del común.

Al final, la convergencia de los tres planos se da en voz de chancho, quien vive en Paraíso pero no se entera de la junta presidencial, pues ha estado ocupado en el velorio de un sindicalista de su empresa, torturado y asesinado por las fuerzas estatales vitoreadas.