Ciudadanos de quinta

Abstract

Gladys Villamizar Montoya es colombiana, licenciada en Lingüística y Literatura por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Título que le permitió trabajar algunos años como docente de literatura con niños y adolescentes. Convencida de que su esencia está en la escritura, decide darle prioridad a la creación literaria, intentando comprender y recrear el mundo desde su punto de vista, descubriendo así que la única salida para los problemas que aquejan a la humanidad, está en lo estético.

Amante de todos los géneros literarios, colabora con diferentes empresas en la escritura de argumentos y guiones para teatro, composición de letras para canciones y creación de cuentos para niños y jóvenes. Como poetisa, se le reconoce por ser ganadora del premio de Poesía a la Candelaria (nombre que recibe el centro histórico de Bogotá, capital de Colombia) Actualmente está preparando una nueva compilación de cuentos, que a la manera de Ciudadanos de quinta, pretende recoger la profundidad humana que descansa en lo más ligero del hombre.

""Ciudadanos de quinta"" es un libro de trece cuentos, en el que la escritora Gladys Villamizar Montoya, descubre esa naturaleza interna de lo cotidiano y nos regala una narrativa que conjuga magistralmente la profundidad humana, con la trivialidad cómica. Las historias transcurren a través de un tejido social muy próximo a ese realismo trágico que identifica la nueva literatura latinoamericana, pero sin caer en la truculencia efectista, ahora tan en boga. De este modo el lector será llevado, en cada una de estas narraciones, a un desenlace inusitado. En el tiempo y el espacio en el que se desarrollan estos cuentos, se logra crear una atmósfera sin rupturas, cuya duración fugaz hace que el lector experimente la sensación de estar viviendo uno de esos sueños en estado de vigilia, pero de absoluto realismo, en lugares comunes y con seres de carne y hueso. Cada uno con la cruz que lleva a cuestas, dejando entrever una parte del misterio que rodea su existencia. Llámese Javier, Fabián, Calixta o Vicente. Entran en escena como alcalde, médico, madre, abogado o hermana; personaje chejoviano, que de manera excepcional es llevado al nivel del drama psicológico. Personajes como el celador, el basurero o la cocinera, que en lo cotidiano parecen estar confinados a los afanosos momentos en los que requerimos un servicio o pretendemos un favor, representan en este libro la dimensión humana con la que con seguridad todo hombre está de algún modo identificado. Otros como el vecino, el tacaño, el niño, o el escritor, nos regalan esa intimidad propia de cada ser, ese Mr. Hyde que se lleva dentro y que a toda costa se pretende ocultar. No hay ninguna exageración en afirmar que dentro de los terrenos de la narrativa actual, Ciudadanos de quinta constituye una propuesta muy seria para tener en cuenta.