El ángel sitiado

Abstract

Medellín, 1946. Juan Manuel Roca lleva una larga trayectoria en la escritura de poesía desde 1973, cuando publica Memoria del agua. Le siguen en su orden Luna de ciegos (1975), Los ladrones nocturnos (1977), Señal de cuervos (1979), Fabulario real (1980), Antología poética (1983), País secreto (primera edición, 1987; segunda edición, 1988), Ciudadano de la noche (1989), Pavana con el diablo (1990), Luna de ciegos (antología, 1991), Prosa reunida (1993), Lugar de apariciones (2000), Los cinco entierros de Pessoa (2001), Arenga del que sueña (2002), Cartografía memoria (ensayos en torno a la poesía, 2003), Esa maldita costumbre de morir (novela, 2003), Cantar de lejanía (2006) y El ángel sitiado (2006) fue premiado recientemente con el galardón ""José Lezama Lima"", Casa de las Américas 2007. Su obra se destaca como una de las más consolidadas para este intermedio de siglo. También ha sido autor de antologías, ensayos y artículos publicados en revistas del país.

Este libro es una antología de poemas aparecidos en otras ediciones del mismo autor. La presente edición integra un proyecto artístico junto con los dibujos de Darío Villegas. Son Trece poemas que varían el tema del ángel caído, el ángel extraviado del paraíso, desmitificado, desplumado, que ahora se convierte en un habitante mas entre el destino de los hombres. Los protagonistas son piezas abandonadas, sin destino en la tierra, perdidos en medio de los hombres que ya no los invocan ni los necesitan, los hombres son esos otros demonios más temibles que el demonio mismo. Los poemas dialogan con otras vertientes poéticas a través de los epígrafes: evoca el espíritu romántico con Schiller, la referencia a George Tralk en farmacia del ángel y la dedicatoria al poeta mexicano Marco Antonio Campos. El prólogo es realizado por Santiago Mutis, en el afirma: ""Juan Manuel Roca ha hecho esta antología como quien reclasifica, cuidadosamente, piedras o pájaros, tomando de aquí y de allá textos suyos cuya esencia quiere ahora ser más fecunda, proponiéndonos una nueva lectura, una nueva puesta en escena, con un entusiasmo y un sentido nuevos"". Las ilustraciones de Darío Villegas son un sugerido de lectura sin quitarle su carácter autónomo como obra visual.