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Título : El escribidor del diablo
Autor : Puche Puche, Edgardo (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Cuento;Literatura del siglo XXI
Editorial : Montería: Ediciones Paloma
metadata.dc.description.notes: Análisis y sistematización de información: Felícita Palomo, reseñista CERLALC.Proyecto: Estudio de la nueva oferta literaria de Colombia 2005-2007 (2008).Investigador principal: Julián Nossa.Institución: Ministerio de Cultura y CERLALCPublicación: Proyecto 1500 obras de la literatura colombiana en el Sistema de Información de la literatura colombiana -SILC (2009).Investigadora principal: Olga Vallejo M.Institución: CERLALC y Gestión tecnológica de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia, 2009-2010.
Resumen : Edgardo Puche nació en Montería el 11 de enero de 1939. Bachiller del Conalco y emérito del Servicio de salud de Córdoba donde dedicó parte de su vida trabajando con el Grupo de Control de Tuberculosis de Colombia durante 21 años. Después de jubilado, cuando dobló el meridiano de los 50 dio rienda suelta a la literatura. La crónica y los cuentos son su fuerte. Con las primeras se inició Colaborado con los Semanarios Agenda Noticiosa y Poder Costeño y ahora lo hace con El Meridiano de Córdoba. Dio rienda suelta a la literatura escribiendo ""La Sombra de Ponciano"" (cuento) ""Poste de Candela (Novela) en 1993; ""Crónicas y Estampas de Montería"", ""Funeral de Versos (Anti poesía) y ""33 Cuentos Pedregosos"" (cuentos) en el 2003, y pronto a publicarse el libro de cuentos ""El Escribidor del Diablo"", está escribiendo otras cónicas de Montería para un segundo tomo Uno de sus cuentos ""El Caballito de palo"" fue llevado a las tablas de Bogotá en el teatro William Shakespeare. La literatura universal se ha enriquecido con obras que tienen como protagonista principal al diablo. Unas en el género de la novela, otras en el del cuento, el ensayo, la biografía, etc. Como muestras de algunas de ellas tenemos: ""Fausto"", de Goethe; ""El diablo conjuelo"", de Luis Vélez De Guevara; ""El diablo"", de Giovanni Pappini; ""Muestras del diablo"", de Pedro Gómez Valderrama; ""El rastro del diablo"", de Eccehomo Cetina y ""Biografía del diablo"", de Alberto Cousté para citar unas cuantas. El Sinú no ha sido ajeno a esa literatura demoníaca. Edgardo Puche Puche con su nuevo libro titulado ""El escribidor del diablo"", se pone a la par y entra a formar parte de los estudiosos de este siniestro y singular personaje. En la Edad Media el diablo era un ser respetado, temido y agorero, que se enseñoreaba por toda la tierra. Ese prestigio, que lo había adquirido a través del hombre, se le empezó a quitar desde el infortunado día en que a unos muchachos revoltosos se les apareció Lucifer y quiso hacerles una broma pesada para que escarmentaran. Con esa virtud que siempre lo ha caracterizado para adquirir diversas formas, Belcebú esta vez se convirtió en un toro bravío, de pelambre negra azabache, cornamenta puntiaguda como una media luna siniestra y mocho a ras del rabo. A pesar de que ese astado era distinto a los otros, pues en lugar de botar espumarajos por las fauces para demostrar su mal genio, expelía llamaradas de candela, aquellos pelafustanes lo mantearon, lo tumbaron y si no lo colearon fue porque no tenía cola. En fin, hicieron con el pobre diablo lo que les vino en gana. Por último le colocaron una silla de montar, y como no tenía donde engancharle la grupera le metieron un palo por el trasero que hizo de rabo; pero para él, más que un rabo, fue como si lo hubiesen estoqueado en forma inversa. Eso dio pie para que desde ese día los papeles entre él y los hombres se invirtieran. Ya no son estos los que se aterrorizan con la maligna presencia del maligno sino éste con la de aquellos. Desde aquel día el diablo se convirtió en un pobre diablo. Así como esta historia un poco trivial, hay muchas otras en donde don Satanás pierde con los hombres en todos los enfrentamientos que ha tenido. Para refrendar esa afirmación, tenemos el caso de la leyenda de ""Francisco el hombre"" en el Cesar y las historias que relata la obra de Puche Puche. Esta merece especial importancia, no sólo por la forma y la técnica de la gramática, sino porque no es todo el mundo quien se enfrente al diablo para biografiarlo y calumniarlo. Cada escritor, poeta, historiador o simplemente cada persona, tiene su concepto particular del diablo. Unas más siniestras que otras, pero la tiene. Goethe, por ejemplo, la tuvo al crear a Mefiestóles; Vélez De Guevara a Asmodeo, etc. Para Edgardo es probable que el Diablo no se le muestre adornado de cornamenta, cola en llamarada, risa cínica, figura chinesca; no esté armado de tridente, no se desodorice con azufre y otros perendengues con que lo suele adornar la gente; para mi amigo Edgardo, el verdadero Demonio está en la mora de sus mesadas pensionales de las que vive querellándose y descamisándose en público.
Descripción : 208 p
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/2166
Otros identificadores : 9789589729681
Aparece en las colecciones: SILC

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