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Título : Aitana
Autor : Espinosa, Germán (Autor)
Palabras clave : Creación literaria;Novela;Literatura del siglo XXI
Editorial : Bogotá: Alfaguara
metadata.dc.description.notes: Reseña tomada de: http://maestroespinosa.blogspot.com/ Proyecto: Estudio de la nueva oferta literaria de Colombia 2005-2007 (2008). Investigador principal: Julián Nossa. Institución: Ministerio de Cultura y CERLALC Publicación: Proyecto 1500 obras de la literatura colombiana en el Sistema de Información de la literatura colombiana -SILC (2009). Investigadora principal: Olga Vallejo M. Institución: CERLALC y Gestión tecnológica de la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Antioquia, 2009-2010.
Resumen : Germán Espinosa nació en Cartagena de Indias en 1938. Más exactamente en la isla de Manga, una breve península flotante sobre la bahía de Cartagena, a la vez zona residencial de la ciudad desde mediados del siglo XIX y a la que se accede, desde la ciudad amurallada, a través de puentes cortos. No insistiríamos lo suficiente en esta curiosidad biográfica, si no fuera porque Espinosa fue, en su vida y en su obra, una isla, sí, una isla en medio de la literatura colombiana. Murió en Bogotá en octubre 17 de 2007, dos años después de la muerte de su esposa Josefina Torres. Luz Mary Giraldo, según dijo en el lanzamiento, experimentó altas dosis de miedo y duró dos noches sin conciliar el sueño después de leerla. Que la última novela de Germán Espinosa, Aitana, exponga ciertas facetas esotéricas no es nada extraño en un escritor que a ratos nos remonta a textos y a culturas saturadas de misterio; lo extraño es que estas últimas supersticiones no provengan del plano de la realidad poética o de la erudición sino de la vida misma, de experiencias personales. Eso es lo que asusta en Aitana; la narración intensa de los últimos tres años de la vida del gran novelista colombiano, los más dolorosos de su vida. Todo empezó una noche de diciembre del 2004 en que, por alguna complicación intestinal, médicos practicantes del Hospital San José (San Patricio en la novela) lo sometieron a una cirugía de urgencia, y el efecto de la anestesia detuvo su corazón por instantes. Lo trasladaron de inmediato a cuidados intensivos, aún con el abdomen abierto, y sólo unas horas después los carniceros cirujanos se limitaron a sentenciar que muy posiblemente Espinosa moriría esa misma noche. Pero no. Duró interno en cuidados intensivos, sí, hasta febrero de 2005 padeciendo los delirios más espantosos que pueda soportar mente alguna. Los capítulos XIV y XVI se encargan de detallarnos esas alucinaciones en que nunca puede saciar una sed que lo fumiga de fuego, en que lo sodomizan, en que a lo lejos se escuchan disparos de árabes y judíos. De no haber sido por las llamadas de García Márquez, López Michelsen y del propio presidente Uribe al director del hospital, Espinosa hubiera muerto por la desatención y la indiferencia de nuestro sistema de salud. No bien se repone de su enfermedad, su esposa Josefina (Aitana), su amor por más de cuarenta años y de en otras vidas, sufre el ""leve tránsito"" hacia el otro mundo en el apartamento que compartían ambos en las Torres Jiménez de Quesada. A la semana siguiente, por los días agoreros de noviembre, fallece mitigado por el cáncer uno de sus mejores amigos: R. H. Moreno-Durán (J. M. Rubio-Salazar en la novela). Y la última noche de 2005, después de celebrar las Ferias de Cali con su novia norteamericana, muere su joven amigo Johann Rodríguez-Bravo (John Aristizabal en la novela) se le explota un aneurisma y su cerebro queda nadando en sangre. Tres días después Johann, la gran promesa de la literatura colombiana, es convertido en polvo. Hay más: meses atrás una especie de deportista fantasma, con la cuenca de los ojos vacíos, casi destroza a hachazos el taxi que los conducía a medianoche por la avenida Circunvalar. Hablando con el jurista Absalón Bermeo (Nicolás Salom en la vida real) de repente observan que éste, en el éxtasis de una conversación sobre el humanismo español, se queda con los ojos abiertos y fijos víctima de un infarto. ¿Quién ejerce toda esa maldad? Según Espinosa es un brujo negro de Cali, mejor dicho, una especie de poetastro enloquecido por la vanidad, la envidia y la mezquindad contra su obra.
Descripción : 404 p
URI : http://biblioteca.udea.edu.co:8080/leo/handle/123456789/1962
Aparece en las colecciones: SILC

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