La tradición oculta: La poesía satírica colombiana.

Abstract

Presentación de escritores que se pueden inscribir en la tradición poética satírica desde la Gruta Simbólica hasta Cobo Borda. Este género fue reprimido en el repertorio poético nacional en algunas épocas, pues incomodaba a la élite sociocultural, blanco de sus dardos mordaces. De los epigramas satíricos de Clímaco Soto Borda se sigue con Gotas amargas de José Asunción Silva (1865-1896), obra en la que se parodian versos de Julio Flórez (1867-1923), presagiando los versos satíricos de Luis Carlos López. Sonetos satíricos del cartagenero dirigidos al cachaco del interior reflejan el espíritu irreverente del costeño. León De Greiff (1895-1976) con lenguaje coloquial entremezclado con arcaísmos y neologismos satiriza la mentalidad, prejuicios, estereotipos y costumbres de su tierra natal. Luis Vidales (1900-1990) en Suenan timbres (1926) recurre a la inversión irónica y al humor, para cuestionar avances tecnológicos y científicos capitalinos. Herederos del escándalo y de la sátira lírica colombiana fueron los nadaístas Jaime Jaramillo Escobar (1932), J. Mario Arbeláez (1940) y Darío Jaramillo Agudelo (1947). Hernando Martínez Rueda (1907-1976?), en su libro A la manera de¿ (1980), desmitifica personajes del entorno sociopolítico y literario de aquel entonces y parodia el estilo de poetas de Piedra y Cielo y de la revista Mito. María Mercedes Carranza (1945-2003) con Vainas y otros poemas (1971) reclama igualdad para la mujer al escribir versos feministas con lenguaje coloquial y prosaico, y Juan Gustavo Cobo Borda en censura ingeniosa a su ciudad de origen en el poema titulado irónicamente ""La Atenas suramericana"", evoca la violencia colombiana.