Postcriptum. Retos y encrucijadas de los estudios coloniales

Abstract

El autor propone cuatro tareas que debe sortear la crítica de los estudios coloniales, dado el examen a aspectos culturales de los imperialismos europeos modernos, el riesgo de reproducción de la violencia colonial y la necesidad de conciencia sobre los contextos neocoloniales. Dichas propuestas se desarrollan en los siguientes enunciados: ""Crítica y nacionalismos""; ""Humanismo neoliberal""; ""La modernidad en una perspectiva global"" y ""Los mercados teóricos"". Desde José María Vergara y Vergara hay críticos e historiadores de la literatura que han narrado y narrado la nación, elaborado y reelaborado un canon patrio que dio origen a diversas políticas culturales basadas en construcciones del pasado que han imaginado Colombia en términos de una comunidad política. El Nuevo Reino de Granada no es Colombia ni su origen natural. Ambos conceptos son construcciones culturales históricas. Se debe dilucidar las continuidades y las rupturas entre uno y otro, y ver de qué modos el pasado neogranadino puede ayudar a enfrentar estos tiempos aciagos. El reto es definir qué tipo de nación o qué otra forma de colectividad podremos o estaremos dispuestos a pactar. La globalización es falaz como proceso de democratización a nivel macro dado que las geopolíticas ejercen presiones sobre regiones del mundo a través de los estados. El humanismo neoliberal es el multiculturalismo del que procede el relativismo cultural. Para los estudios neocoloniales el reto consiste en intervenir en lo local y establecer qué tipo de diferencias es posible articular sin caer en el provincialismo o en el nativismo. La mirada tradicional sobre la modernidad la presenta como un proyecto emancipador de Europa; desde esta perspectiva se concibe como otra cara del colonialismo. Estudios sobre el imperialismo y las narraciones de viaje de Humboldt muestran cómo los criollos y los indígenas no son considerados como sujetos de conocimiento. El reto consiste en rescatar aquellos saberes y sujetos del conocimiento, con sus visiones de la modernidad o sus alternativas de ésta, marginados por el proyecto hegemónico de la modernidad en la época del Nuevo Reino y posteriormente. La teoría no puede verse como colonizadora, ni como discurso en sus contextos de producción y circulación; cuando se consideran subalternos otros saberes y otras teorías, estos se toman como parte de la violencia epistemológica característica de los discursos coloniales. El reto consiste en ver el pasado como una práctica constructiva de una memoria amplia y crítica que despeje el terreno para negociar este presente fatal.