Tradiciones y renovaciones en la poesía colombiana (Arango, Roca, Ospina)

Abstract

El interés se centra en la captación, convergencia, cruce o contaminación de poéticas que en un fino tejido de voces establece un sistema de vasos comunicantes en el territorio de la nueva poesía colombiana. Para Luque Muñoz la Nueva poesía arranca con los nacidos a partir de 1940, que luego conformarían la Generación sin Nombre, cuyos integrantes comenzaron a publicar en el inicio de los años 70 y con la Generación de los Ochenta, poetas nacidos desde 1950. Para el estudio se seleccionan los autores y obras: José Manuel Arango (1937), Montañas; Juan Manuel Roca (1946), La farmacia del ángel y William Ospina (1954), Con quien habla Virginia caminando hacia el agua. Del análisis de estas obras se concluye que estos escritores heredaron de la Generación de la Revista Mito la conciencia escindida de la contemporaneidad, la visión sobre la realidad colombiana, el resquebrajamiento de paradigmas, las intensas vivencias de los conflictos personales, regionales, nacionales y mundiales, una actitud contestataria que antes que ideologizante redunda en la consolidación de su poética, en alto grado de conciencia estética que hace que su poesía vuelva inteligente el peso de la realidad y la asunción de la tradición de conciencia sobre el lenguaje poético presente desde Hernando Domínguez Camargo.