Revista Contemporánea (Bogotá) (Edición facsimilar)

Abstract

La Revista Contemporánea es una publicación periódica nacida en Bogotá en el año 1904, registrada en escritura pública el 20 de julio con el nombre de Sociedad de la Revista Contemporánea. Estuvo bajo la dirección de Baldomero Sanín Cano con ayuda de Maximiliano Grillo, responsable de las finanzas, y Ricardo Hinestrosa Daza, secretario de la empresa. La producción allí aparecida suma un total de 1151 páginas divididas en dos volúmenes, el primero aparece fechado entre octubre de 1904 y marzo de 1905, y el segundo desde abril de 1905 hasta septiembre del mismo año. No se tiene conocimiento acerca de cuántos ejemplares se imprimían. Cada número tenía un total de 90 páginas aproximadamente, en las que la mayor parte de su contenido estaba dedicada a la creación literaria, algunos de esos textos eran traducciones exclusivas para la revista, otros hacían referencia a textos ya publicados en números anteriores. La Revista también publicaba un ensayo central, muchos de ellos escritos por el director. Estos ensayos trataban temas de lingüística, historia, filosofía, geografía, meteorología, minería, fisiología, astronomía, pedagogía, medicina, entre otros, con el propósito de difundir las corrientes científicas de buena parte de Europa y América durante la época. Mención especial merecen las reflexiones descriptivas acerca del impresionismo en Bogotá en el campo de la pintura y, más específicamente, las obras que nacían en la escuela de Bellas Artes. Sobresale en la Revista la sección de notas, en la que notificaban libros que eran enviados a la Revista, publicaciones periódicas extranjeras en circulación con los mismos intereses que Contemporánea, introducciones a temas que se publicarían en números posteriores, comentarios acerca de los libros nacionales y extranjeros que se escribían o publicaban en aquel entonces. La Revista Contemporánea se destacó por su labor crítica, cuya perspectiva se basaba en que el crítico no debe señalar y resaltar los rasgos defectuosos de una obra artística censurando las particularidades, sino comprender el contenido y significado de ella. Al respecto, Gonzalo Cataño (2006) en La Revista Contemporánea y las vanguardias científicas y literariasplantea:“el nuevo espíritu de la crítica señala que el artista no representa las cosas como son, sino como las percibe. ( ) El crítico debe atender a esta nueva modulación y no valerse de modelos asfixiantes que empobrecen la percepción de las obras (21). También el crítico colombiano Rafael Gutiérrez Girardot (1991) en su texto Tres revistas colombianas de fin de siglo, afirma que una de las razones que dio la intelectualidad a la revista, fue su propósito de formar un público lector y la participación crítica de quienes escribieron para ella, sobre todo de su director, en cada uno de sus números: “La dirección de Sanín Cano dio solidez al estilo intelectual de la revista, consciente de su actualidad y de la necesidad de abrir las puertas del público lector a otras literaturas. [La revista] Fue una ""miscelánea"" en la que predominó el cosmopolitismo de Sanín Cano, enmarcado en la crítica tenuemente gris del director”. En una publicación de la misma época llamada Alpha(Vol 01, Nº 01, 1906), se apunta que Contemporánea dejó establecida una noción propia de literatura, y que fue una revista ilustrada. José María Rivas Groot, recién salida la revista, escribió sobre ella en una carta respondida a Antonio Rubio y Lluch, en donde se percibe una mala acogida: “Me pregunta usted si trabajo en la Revista Contemporánea, y tengo la satisfacción de manifestarle que ninguna intervención tengo en esa publicación, donde en general aparecen escritos de mala tendencia filosófica, y por añadidura en un castellano decadente e ininteligible. La pregunta de usted me hace pensar que ya usted había observado esto, si acaso usted ha recibido algún número de esa publicación neurótica y enrevesada”.