El banquete de las moscas

Abstract

María Paula Navas-Alarcón nació en Bogotá en 1979. Periodista de la Universidad Sergio Arboleda con estudios de posgrado en literatura en la Universidad Javeriana. En la Escuela de Nuevo Cine Latinoamericano de San Antonio de los Baños, Cuba, ha participado en talleres de guiones cinematográficos. En el 2005 ganó la Beca Nacional de creación en Literatura que otorga el Ministerio de Cultura con la novela inédita Pobre Amor. Su interés por los temas sociales y urbanos la llevó a trabajar en la Alcaldía de Bogotá en el proyecto de recuperación de la zona del Cartucho, de cuya investigación resultó el libro El Banquete de las moscas.

María Paula Navas-Alarcón, escritora bogotana y periodista, ofrece este compendio de crónicas que tienen como escenario principal un barrio inmerso en el mundo de la delincuencia y la drogadicción. Los argumentos de cada relato se alimentan de historias reales que develan lo que hay bajo la piel de personajes que durante años vivieron en El Cartucho, ese gueto bogotano que se consideró uno de los lugares más peligrosos del mundo.

Los personajes de estas historias son hombres y mujeres de todos los estratos socioeconómicos que llevados por la drogadicción, la pobreza, la depresión, o simplemente la curiosidad, se internaron en El Cartucho y construyeron sus vidas en ese espacio de miseria, vicio y muerte. Martín, un administrador de empresas de la Universidad Externado de Colombia, que después de trabajar en la Banca, decidió emprender un viaje del que nunca regresó. Zohe, una muchacha que nació en el barrio en 1970 y se convirtió en la amiga de los señoritos del norte gracias a los trucos que aprendió de una azafata que fue a dar allá, cuando perdió el empleo en American Airlines. El Calvo, que sobrevivió en un socavón iluminado por el reflejo de un solo bombillo en los ojos de sus doscientos gatos bravos. Ariel Juvenal, un escritor de los grandes a quien lo cogieron los cincuenta años escribiendo poesía en las cañerías del Cartucho.

El Cartucho (que para algunos de sus habitantes era además de un lugar para vivir, una forma de ser) dejó de existir a finales del año 2005 para convertirse en el Parque Tercer Milenio, así que muchos de los protagonistas del Banquete de las Moscas hoy deambulan anónimos por las calles de Bogotá.

El lenguaje de estas crónicas es coloquial y está matizado con el uso de palabras propias de la jerga hablada en los barrios marginales. Por esta razón, la autora ofrece al final del libro un glosario que los lectores pueden consultar para la mejor comprensión de los textos.

Los narradores de estos relatos son cada uno de los protagonistas de las historias quienes en primera persona y de manera autobiográfica, recuerdan algunos episodios de su vida antes y durante su estadía en El Cartucho. En varias oportunidades, la voz de la autora interviene para contar los testimonios de personas fallecidas o para revelar datos que recogió a lo largo de su trabajo social y periodístico en el desaparecido barrio.