Biografía de Marvel Moreno

Abstract

Nace en 1939 en Barranquilla. Muere en París en 1995.

Leyó a los clásicos desde pequeña y durante su adolescencia se adentró en la lectura de los escritores que más habrían de influir en su obra (se trata entre otros de James Joyce, Virginia Woolf, Carson Mac Cullers y William Faulkner).

Las relaciones de su esposo Plinio Apuleyo Mendoza le permitieron asistir a las famosas tertulias de ""La cueva"", donde compartió con José Félix Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio y Gabriel García Márquez, entre otros miembros del también llamado ""Grupo de Barranquilla"".

En 1969 publica ""El muñeco"", su primer cuento, en la Revista Eco y después en el Magazín Dominical de El Espectador. Durante sus años de residencia entre Mallorca y París comenzó a escribir su primer libro de cuentos que se publicó en 1980 con el título de Algo tan feo en la vida de una señora bien, al que le siguió su reconocida novela En diciembre llegaban las brisas (1987) que luego fue traducida a varias lenguas y por la cual recibió en 1989 el prestigioso premio literario ""Grinzane-Cavour"", otorgado en Italia al mejor libro extranjero.

Se conoce además otro volumen de cuentos suyos que lleva por nombre El encuentro y otros relatos (1992), así como la novela inédita El tiempo de las amazonas que terminó poco antes de morir y otro libro de cuentos también inédito titulado Las fiebres del Miramar.

Es considerada una de las escritoras más representativas del Caribe colombiano de la segunda mitad del siglo XX. Sobre su primer libro de cuentos expresa Sonia Nadhezda Truque: ""Los atributos del libro de cuentos, en el que llaman la atención la economía de lenguaje, la moderación en las expresiones regionales, la contención que logra una estructura sólida, hacen de Algo tan feo en la vida de una señora bien uno de los mejores libros de cuentos escritos en Colombia, y que debe ser recuperado y leído y puesto al lado de Lo Amador de Roberto Burgos, Bahía sonora de Fanny Buitrago, Un pueblo de niebla de Alonso Aristizábal, La octava puerta de Jorge Eliécer Pardo, La calle del farol dormido de César Pérez, para no citar sino algunos cuantos (doy disculpas por la omisión de los que también merecen estar aquí)"".