El último guerrero de Aruwa

Abstract

Sandro Meneses Potosí nació en Orito, Putumayo, en 1982. Es realizador de cine y arte digital de la Escuela canadiense Diskret y máster en animación 3D. Es productor de campo del Canal Regional Selva Orito TV.

Dení Muhioka es el último descendiente de la dinastía DeAruwa -un grupo indígena pacífico y próspero del Putumayo- después de que un grupo de cocaleros liderados por un hombre apodado Don Tolima asesinaran a toda su familia para apropiarse de sus tierras. Habiendo jurado la venganza del crimen ante el cadáver de su padre -el cacique Ezequí- y de haber huido a la selva, donde fue llevado por la corriente de un río, Dení fue curado y adoctrinado por un chamán llamado Chispaz. Tras cuatro años de enseñanza, de conocer secretos sobre la selva del Putumayo -entre los cuales está el que las tierras del Quebradón, arrebatadas por Don Tolima, protegen el germen de un virus que podría destruir a la humanidad- y de volverse diestro en las artes de la hechicería, Dení regresa a sus antiguos dominios a cumplir con su promesa. En el tiempo que dura infiltrándose en los campos cocaleros de Don Tolima, conoce a Jenny, hija del asesino de su padre, y se enamora de ella. En el momento en que está dispuesto consumar su venganza, es alcanzado por una bala rezada por un hechicero de magia negra, disparada por uno de los esbirros del cocalero. Moribundo, logra matar a Don Tolima y emprende la travesía hacia el otro mundo, donde lo espera toda su aldea. Por un disparo errado, su novia Jenny también muere y se reencuentra con él en el más allá, donde ven caer a Don Tolima en los abismos del infierno.

La novela de Sandro Meneses Potosí utiliza numerosos elementos de la literatura fantástica, entre los cuales se destacan las transformaciones de los hechiceros en animales, el hecho mismo de que el héroe sea transportado por el río y puesto a salvo por un ser especial y que sea reconocido por los asesinos de su pueblo como el heredero de su pueblo y como aquél que va a vengar el crimen. De la misma manera, su fuerza asombrosa, su inteligencia, su nobleza, su contacto y especial sensibilidad con la naturaleza y su final enamoramiento hacen que se pueda clasificar como héroe fantástico.

El autor también se preocupa por ofrecer al lector conocimientos sobre la fauna y flora de la selva, las costumbres de los indígenas y del hombre blanco -que aparece como malvado y vicioso en la caracterización de los sicarios de la banda de Don Tolima- al tiempo que vincula la desaparición de la selva con las problemáticas internas colombianas de siembra, recolección y consumo de coca.