El camello y el dromedario

Abstract

En 1881 llegan a Bogotá, procedente de Madagascar, una pareja de camellos y otra de dromedarios compradas por D. Pedro Navas Azuero para aclimatarlos en el país. Después de su exhibición en la Exposición Agrícola los animales son enviados a Anapoina donde empiezan a morir, en términos de Zerda: dos por el cambio de ambiente y tristeza, otro por la picadura de una serpiente, sólo queda viva la hembra del dromedario. Esta circunstancia inspira el presente ensayo didáctico-expositivo en el que el autor estudia a estos animales del género de los camélidos, están incluidos, por su semejanza, los del género llamas procedentes del Perú. El estudio considera las especies que conforman el género, sus características físicas, peso, medidas, servicios que prestan al hombre, capacidad de carga y exigencias de su cuidado. La enseñanza o moraleja que deja el suceso, aclara, no es la imposibilidad de aclimatación de los camellos a nuestras regiones, sino la falta del cuidado y trato del hombre con quien siempre han convivido.